Con un tabaco sostenido por dos dedos debajo de su espeso bigote ya blanquecino, fumando lentamente y observando fijamente a su entrevistador, el abogado José Pertierra recordó que se encontraba, el 17 de diciembre, en una conferencia "de alto nivel" en La Habana cuando se enteró que los presidentes Barack Obama, de EE.UU. y Raúl Castro, de Cuba, anunciarían conjuntamente medidas históricas para restablecer las relaciones diplomáticas, luego de más de cinco décadas de tensiones y un embargo económico de Washington contra la isla.
"El 17 de diciembre vimos el comienzo del fin del bloqueo. En Cuba utilicé una metáfora de un futuro anunciado, y dije que lo que ha quedado del bloqueo es un cascarón", puntualizó Pertierra en una entrevista con El Tiempo Latino en Washington DC, exactamente un mes después de la noticia que remeció el mundo porque puso fin al último bastión de la "guerra fría" en la región latinoamericana.
"En el momento que le das licencia a 12 categorías de viajeros, como investigadores, estudiantes, periodistas, 'people to people'… ya estás levantando el veto del viaje a Cuba", aseveró. "En el momentico que le das licencia a empresas norteamericanas a vender productos a Cuba, ya sean automóviles, material de construcción, TV plasma… ya estás desmoronando el bloqueo", dijo Pertierra, quien sostuvo que a esas medidas se agregan la autorización a los estadounidenses para ir a Cuba con tarjetas de crédito y a compañías de telecomunicaciones a hacer negocios en la isla, recalcó.
Pertierra indicó, sin embargo, que para llegar a este punto se requirieron años de intentos, algunos frustrados por "lamentables acontecimientos" que truncaron las negociaciones para un acercamiento entre ambos países.
Durante el gobierno del presidente Bill Clinton hubo intentos, pero en 1996 ocurrió el derribamiento por parte de la Fuerza Aérea Cubana de dos aviones de la organización de exiliados cubanos Hermanos al Rescate, luego de una presunta incursión ilegal en el espacio aéreo cubano. Esto echaría por tierra los planes para unas mejores relaciones.
Posteriormente, en el gobierno de Obama los esfuerzos se retrasaron cuando las autoridades cubanas detuvieron, en 2009, al contratista estadounidense Alan Gross, quien sería condenado por ser agente de Washington y atentar contra el gobierno cubano. A ese hecho se añadió el caso de cinco cubanos presos en EE.UU. acusados de conspiración para cometer espionaje.
Uno de ellos fue liberado en 2011, el otro en 2014 y los tres restantes en un intercambio en diciembre pasado como parte del acuerdo entre Washington y La Habana.
Pertierra advierte ahora sobre una especie de "caballo de Troya" por parte de EE.UU. que llenará la isla con sus productos con el fin de imponer su sistema de "democracia capitalista" en el país caribeño y derrocar al gobierno cubano.
"Washington todavía no comprende que Cuba no les pertenece, que Cuba es de los cubanos y no de Washington. Ahora tienen diferente táctica, ahora piensan que en lugar de derrocar a Cuba asfixiándola van a derrocar a Cuba vendiéndole cosas y seduciéndolos con el consumo", aseveró.
Pertierra se refirió a la ley Torricelli que endureció el embargo en 1992 y dijo que las nuevas medidas son parte del "Carril 2" de esa legislación "pero ahora con Viagra".
"Ahora el reto para Cuba es cómo manejarse en las nuevas aguas. Ya las trincheras de ayer no valen, Cuba ha llevado más de 50 años construyendo trincheras. Desde el triunfo de la revolución. Ahora hay que saber cómo construir puentes que permitan que los norteamericanos vayan a Cuba pero que los cubanos también vengan aquí con sus valores, y sus tradiciones, y preservar lo mucho que ha logrado la revolución cubana y tratar entonces de ir más allá y cambiar lo que hay que cambiar y preservar lo que hay que preservar", señaló.
El abogado se ha mantenido en el centro de las relaciones entre Cuba y EE.UU. en el caso de Elián González, los Cinco Cubanos y el juicio contra Luis Posada Carriles —considerado como terrorista por La Habana. Con base a esa trayectoria y el reconocimiento del gobierno cubano a su labor, Pertierra confía en la respuesta de las autoridades de la isla ante ese desafío en una normalización de las relaciones bilaterales.
"La dirección en Cuba está bien capacitada y ha aprendido a sobrevivir los vaivenes de la política exterior norteamericana y sobrevivido bloqueos, invasiones y actos terroristas. Han aprendido a sobrevivir todo eso y creo que hay suficiente prudencia en Cuba para aprender y saber cómo manejar estos cambios", manifestó.
La primera delegación del Gobierno de Estados Unidos, liderada por la subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, viajó a la isla la semana pasada para proceder a una toma de contacto directo que ayude a avanzar con los diálogos entre los países.
La próxima ronda de encuentros se producirá en Washington en las próximas semanas.
Tanto el presidente Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión, el 20 de enero, como el mandatario Raúl Castro, recientemente, el 28 de enero, en la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en Costa Rica pidieron el fin del bloqueo. Una tarea complicada debido a que los republicanos controlan el Congreso estadounidense. A ese hecho se agrega que los únicos tres senadores latinos, los republicanos Marco Rubio y Ted Cruz, y el demócrata Robert Menéndez, todos de origen cubano, han sido críticos a la política de una mayor apertura de Washington hacia La Habana debido a cuestiones ideológicas.
En su primer pronunciamiento público sobre el tema, el líder histórico de Cuba, Fidel Castro, de 88 años, rompió su silencio para expresar su opinión sobre el acercamiento con EE.UU.
"No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra", señaló Fidel Castro en una carta divulgada por el periódico oficial Granma.
Pertierra tuvo palabras duras con respecto al exilio cubano concentrado en Miami. En el caso contra los cinco cubanos acusados de espionaje, se realizó "un juicio sin el debido proceso de la ley en una ciudad como Miami que hubiera condenado a Santa Claus si hubiera sido cubano".
"Y a pesar del odio contra ellos (los cinco cubanos), el presidente Obama hizo lo que tenía que hacer: marginó a Miami y demostró que la política norteamericana hacia Cuba se hace en Washington, no en Miami. Obama tiene que responder a los intereses geopolíticos norteamericanos y no a los intereses parroquiales de unos cuantos congresistas de pequeños escaños congresionales en Miami", sentenció.
Pertierra vivió de cerca los sentimientos de felicidad del anuncio durante la conferencia en La Habana. Uno de los asistentes, el ex jefe de la Sección de Intereses de EE.UU. en la isla, Wayne Smith, rompió en llanto al tomar el micrófono.
Por otro lado, estudiantes cubanos se dirigieron con banderitas al llamado "protestódromo" frente a la Sección de Intereses de EE.UU. y, a diferencia de incontables ocasiones anteriores, esta vez aplaudieron a los estadounidenses.
Los diplomáticos estadounidenses, que antes se habían escondido detrás de los escritorios, salieron a la ventana también a aplaudir a los cubanos.
"Fue una cosa hermosa que simboliza un momento histórico", señaló Pertierra
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