Tomado de 02B, por David Placer
El gobierno cubano no espera una avalancha turística estadounidense ni tampoco recibirá a los inversores norteamericanos con los brazos abiertos. El Ejecutivo encabezado por los hermanos Castro ha dejado claro este viernes en Madrid que las empresas españolas, que han estado apoyando la economía local durante los últimos años, seguirán teniendo prioridad en las adjudicaciones que realizará el gobierno en los próximos años de apertura.
Compañías como Globalia, propiedad de Juan José Hidalgo, seguirán siendo más escuchadas y recibirán un mejor trato por parte del gobierno cubano, según explicó este viernes Rolando Pérez Soto, gerente general de la agencia de viajes pública Paradiso, que ha presentado nuevos planes para el turista español este viernes en Fitur. "Que nadie espere grandes cambios porque Cuba continuará con las mismas políticas que hemos aplicado hasta ahora", dijo el representante de la empresa dependiente del gobierno cubano.
El propio ministro de turismo cubano, Manuel Marrero, aseguró que el gobierno no tiene previsiones de crecimiento espectaculares durante los próximos meses. "El año pasado recibimos tres millones de turistas y este año esperamos 3,2 millones. Que nadie espere una avalancha", explicó el ministro de Turismo cubano a este medio.
Pero el Ejecutivo antillano asegura que las expectativas de los inversores extranjeros en Cuba es que aumente el turismo estadounidense en la isla, lo que ha motivado el interés por nuevas inversiones. "Globalia ha mostrado interés por construir nuevos hoteles y campos de golf. Habrá más frecuencias de vuelos y todas las noticias positivas tienen el añadido del anuncio de Iberia de retomar sus rutas a La Habana", añadió el ministro cubano.
La agencia de viajes Paradiso ha anunciado nuevos planes y programas dirigidos a las familias españolas. La empresa pública ha cerrado acuerdos con los emblemáticos locales musicales de La Habana para crear rutas nocturnas en establecimientos especializados en son cubano, jazz y música pop.
Y aunque los nuevos complejos hoteleros y turísticos continuarán siendo para uso y disfrute de los visitantes extranjeros, el gobierno cubano asegura que está favoreciendo a las iniciativas privadas. El ministro de turismo asegura que hay 2.500 restaurantes-paladar y que cada vez hay más pintores y artistas en la calle que subsisten gracias al turismo.
El régimen de los hermanos Castro, que ha permanecido inmóvil durante más de 50 años, no espera cambios bruscos en materia turística, pero comienza a adaptar el discurso. Hablan de iniciativas, inversiones y líneas de negocios de las empresas públicas. Incluso, en ocasiones cambian de idioma. Los representantes del gobierno ya no hablan de rutas ni itinerarios sino del "schedule" de los turistas. El business parece haber llegado para quedarse.
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