martes, 26 de enero de 2016

El mercado de las ideas

Por Carlitos

En los últimos días ha continuado el debate sobre el nivel de los precios agropecuarios, algo muy saludable si se tiene en cuenta que se generó desde el Parlamento, a unos pocos meses del Congreso del Partido. Sin embargo, para que el debate llegue a buen camino, debe ser riguroso y dar cabida a todos los puntos de vista.

Nuestra prensa (e incluso la prensa alternativa) ha hecho  innumerables reportajes y trabajos sobre el tema, pero muchas veces con un sesgo muy claro hacia la visión del consumidor. Sin embargo, la responsabilidad del periodismo investigativo no es plasmar la opinión personal del reportero, sino abordar el asunto desde una perspectiva objetiva e imparcial. Si el periodista no tiene conocimientos suficientes sobre el tema, debe buscar el criterio de los especialistas. Desgraciadamente, tenemos muy pocos periodistas que aborden con rigor los temas económicos y los especialistas son llamados en ocasiones muy especiales a los medios de comunicación.

La prensa tiene un poder incalculable para generar (no solo reflejar) estados de opinión, para conducir el debate. La prensa oficial debe ser consciente, además, de que la gente interpreta muchas veces lo que dice como la política del gobierno (incluso cuando así no sea). Nuestra prensa toda necesita formar periodistas en estos temas, incorporar a los profesionales de nuestros centros de investigación económica y de las ciencias sociales a sus espacios habituales, y hacer creíbles líneas de mensaje propias.

Es necesario tambien avanzar hacia una mayor cultura económica de la sociedad, empezando por los cuadros políticos, los miembros del Parlamento y todos aquellos sobre los que pesa la toma de decisiones.

La economía ha sido un instrumento de dominación del capitalismo. Pintarle a la gente una ciencia que sólo podría ser manejada por superdotados es lo que permitió a gobiernos neoliberales implementar políticas de amplio rechazo popular y a los bancos generar y popularizar productos financieros sofisticados que terminaron hundiendo la economía mundial.

Saber de economía, que todos sepamos al menos lo básico, es una forma de darle participación a la gente, de solidificar consensos alrededor de nuestro proceso de cambios, de plantear una alternativa a la lógica del capital. Algo se ha hecho, sobre todo con los cuadros, pero mucho más se puede y debe hacer, desde las escuelas y los medios de comunicación tradicionales hasta las redes sociales.

El insuficiente rigor del periodismo económico, la falta de especialistas y la poca cultura económica de la población puede distorsionar el debate, crear estados de ánimo y confusión innecesarios y generar conflictos adicionales a los que toman las decisiones. En pocas palabras, cuando el debate "cojea", nos puede hacer perder mucho tiempo, desviándonos de discusiones esenciales.

En el debate nos pasa como en el mercado agropecuario, tenemos una demanda creciente de ideas, con una insuficiente oferta. Necesitamos mejorar e incrementar el proceso de producción e intercambio de ideas. Y, para ello, solo la ciencia nos hará avanzar en la mejor dirección y por los mejores atajos.

En su encuentro con los 5, ante la pregunta de cuáles debieran ser sus próximas tareas, Fidel les dio una respuesta muy sencilla: "sean científicos". 


viernes, 22 de enero de 2016

Jóvenes cubanos contra el capitalismo y la ortodoxia

Entre los días 19 y 23 de noviembre de 2015 se realizó en la ciudad de
Santiago de Cuba la tercera edición del Encuentro de jóvenes de
izquierda, que desde el año 2012 convoca la Universidad de Oriente.
Coordinado por jóvenes, el evento pretende servir como plataforma de
articulación y difusión del pensamiento revolucionario en Cuba y
América Latina, desde el debate intergeneracional y la recuperación de
la memoria histórica.
En esta ocasión participaron investigadores, profesores y estudiantes
de la Universidad de Oriente y otras instituciones de la ciudad de
Santiago de Cuba, así como una delegación de La Habana. Como ha sido
tradicional en estos cónclaves, también tuvieron se sumaron varios
jóvenes latinoamericanos que estudian en Cuba.
El 21 de noviembre, quienes asistimos al encuentro acordamos la
fundación de la "Red de jóvenes anticapitalistas" cuyos propósitos,
características y proyecciones iniciales explicamos en el documento
que presentamos a continuación:

"Red de jóvenes anticapitalistas"

Surge la "red de jóvenes anticapitalistas" como un bloque
intergeneracional para la promoción del pensamiento anticapitalista y
como ámbito de acciones revolucionarias frente a los desafíos de la
emancipación socialista en Cuba, América Latina y el mundo.
La red se constituye cuando el imperio del capital en el mundo arrecia
su guerra cultural de recolonización de las mentes, las voluntades, la
definición de las opciones de transformación, y las vidas de millones
de personas, a las que se les invita o se les impone la resignación a
la sociedad capitalista mundializada.
En Cuba, la despolitización de amplios sectores de la sociedad, su
reclusión a los espacios privados, además del economicismo rampante
que busca situarse en la base de las políticas económicas, la escasa
participación del pueblo en su control, y la debilidad de las
instituciones y organizaciones como sus proveedoras, son algunos datos
de la realidad nacional que hacen peligrar la reproducción ampliada
del proyecto revolucionario y de su hegemonía libertaria.
Porque entendemos que la defensa de la revolución socialista de
liberación nacional en Cuba, y su relanzamiento en las actuales
condiciones, no puede acontecer como ciega obediencia o confianza en
un resultado garantizado de antemano, sino otra vez como inventiva de
poder popular y creación, fundamos también la "red de jóvenes
anticapitalistas".

Objetivo general:
• Relanzar el socialismo y el anticapitalismo como fundamentos
revolucionarios de las prácticas políticas y sociales en Cuba, América
Latina y el mundo.

Objetivos específicos:
• Estimular la apropiación crítica del pensamiento marxista como base
para develar las estrategias de dominación capitalista e identificar
nuevos caminos de construcción del socialismo.
• Recuperar y divulgar el legado de las luchas y del pensamiento
revolucionario en América Latina y en el mundo, en particular: la
experiencia de la revolución cubana en el poder.
• Desarrollar prácticas participativas, creadoras y conscientes que
contribuyan con la búsqueda de soluciones revolucionarias a los
problemas sociales acumulados en diferentes espacios (económicos,
barriales, rurales, institucionales, etc.).
• Integrar los propósitos y esfuerzos organizativos de colectivos y
personas que compartan con la red objetivos comunes, a fin de
enriquecer la fuerza de la acción colectiva.

Direcciones y líneas de acción:
• Formación
• Consolidación organizativa
• Comunicación
• Solidaridad internacionalista
• Trabajo de incidencia en escuelas, universidades, comunidades,
instituciones, etc.

Si te interesa incorporarte, colaborar o plantear cualquier duda puede
escribir a: redjovenesanticapitalistas@gmail.com
O visita nuestro blog en https://elpuntored.wordpress.com/ y página
en Facebook en https://www.facebook.com/El-Punto-451223431752895/?ref=hl&refid=12

lunes, 18 de enero de 2016

“El buen vecino”

Por Carlitos

Obama viene a Cuba, al menos eso parece por los últimos reportes de prensa. Y es lógico que pretenda sacar partido político al hecho de ser el primer presidente norteamericano en venir.

Me pregunto, en primer lugar, si necesitamos una visita de Obama. Él tiene el mérito de modificar la política norteamericana hacia Cuba. Sin embargo, según sus propias palabras, es solo un cambio de táctica. El panorama ha cambiado mucho (y en el mundo pretenden sacar partido), pero la decisión no es el resultado de que el político norteamericano "al fin entienda a los cubanos", sino del pragmatismo, de identificar que el "soft power" tiene mejores formas de "minar" nuestro proyecto. Es el resultado de que Cuba no haya cejado en su empeño (con la enorme cuota de sacrificio de nuestra gente) y de la solidaridad latinoamericana y mundial. Obama hizo lo mejor que podía hacer, frente a las variables que tenía delante. Fue valiente y eso es lo admirable.

Pero, ¿qué ha hecho Obama además de abogar por el levantamiento del bloqueo? Tomar medidas como tickets de entrada hacia el próximo paso político (la Cumbre de las Américas, la apertura de las embajadas), pero que poco o nada han significado para las relaciones comerciales entre los dos países. A mi juicio tendría que ganar más méritos para venir a Cuba, o tendríamos que ponérsela difícil y no precisamente por la decisión de reunirse con un grupito en el que nadie cree. Ya prepara su próximo ticket (la eliminación del programa de parole para los médicos), pero parece poco.

Me pregunto, en segundo lugar, ¿cómo lo recibiríamos si viniera? ¿como al Papa o como a François Hollande? Por muy simbólicas que hayan sido sus decisiones, dentro de los últimos mandatarios que visitaron Cuba ninguno tiene menos méritos que uno norteamericano para pasearse por nuestras calles.

Él explotaría los símbolos, como lo hizo Kerry, ¿lo sabremos hacer nosotros? ¿estaremos nuevamente a la defensiva? Es probable y triste que muchos cubanos lo reciban con júbilo, pero creo que no sería culpa de los cubanos, sino de nuestra pésima propaganda política, que junto a la eficiencia de la de ellos, con demasiada frecuencia hace ver a los héroes como villanos, y viceversa. Parecería que, buscando objetivos opuestos, ambas maquinarias obtienen los mismos resultados. Es culpa también de nuestra dura realidad económica, que busca mesías por todos lados.

Me pregunto, finalmente, ¿cuál será el destino de la Tribuna Antiimperialista? Hace poco anunciaron por televisión un concierto en la esquina de línea y malecón, provocando una enorme confusión. Estamos tratando de establecer relaciones con el vecino, porque es la forma más civilizada, porque es la única vía posible en pleno siglo XXI, pero ellos siguen siendo el imperio y nosotros la pequeña isla que intenta un proyecto alternativo (al menos eso creo).

Por eso, no entendería que por ninguna razón, ni siquiera diplomática, dejáramos de llamarnos antiimperialistas. Nuestros muertos, los de los drones, los de nuestros hermanos latinoamericanos, siguen pesando sobre la bandera de las barras y las estrellas, y no paran. A la tribuna le quitaría la gritería y la consigna barata, pero nunca lo de antiimperialista.

Hemos decidido tenderle la mano al guapo del barrio y él a nosotros, pero no como sumisos que renuncian a sus principios, sino con la frente en alto y hablándole de tú a tú. Cambiamos la gritería por la mesa de negociaciones, pero por lo demás "el cuartico está igualito".  

jueves, 14 de enero de 2016

Las trampas de las palabras


Por JS
Ya hemos dicho en A mano y sin permiso que el lenguaje es un terreno de batalla, ergo lo son las palabras. Lo han visto y dicho muchos, uno de ellos – con quien venimos dialogando desde hace un tiempo – el músico rosarino Fito Páez.
La habilidad tramposa de las palabras es histórica y moderna a un tiempo. Nos asalta cotidianamente desde los giros utilitarios que toman vocablos como ‘libertad’, ‘democracia’, ‘participación’, ‘izquierda’, ‘derecha’… pero en ese utilitarismo, se van perfilando las posiciones extremas.
Hay otra “trampa” de las palabras que no tiene que ver con la obstinación. Se basa en la capacidad de los “palabreros” para moverse de un extremo a otro, e incluso tomarse un descanso neutral. Eso, que fue excepción en Cuba – claro que desgraciadamente estaba enmascarado en una polarización delirante – ahora se va convirtiendo en moda. Reproduce el tránsito de prohibido a obligatorio que nos ha asaltado en los últimos años – sobre todo en asuntos artísticos y literarios – como fórmula para saldar las deudas de la ortodoxia seudomarxista.
Ejemplos de esa movilidad “palabrera” hay muchos. Hay un know how de la movilidad, uno que se engarza con ese amor cubano por el juego de dominó. Un millar de palabras se ponen sobre el tablero y “se da agua” : algunas se excluyen para luego tomarlas; otras se cambian de lugar, se acomodan. Así, de un millar salen cuatro mil y parecen diferentes cuando irrumpen en Cubadebate, OnCuba, Granma o en un blog. A veces han llegado a convertirse en libros.
Esas son trampas de las palabras. Palabras que – ingenuamente – han sido engañadas antes, con la ilusión de tener vida propia. La verdadera movilidad no les pertenece, son patrimonio del “palabrero” que se acomoda a veces al “buen comportamiento” ante el oficialismo, otras a la vanidad que en ocasiones – aclaro, solo en ocasiones – acompaña al intelectual en su individualidad creadora y otras – cada vez más – a la paga.
Emboscados, creemos. No todos tienen esa certidumbre de Fito: “Nunca creo en lo que nombran las palabras”. Aún con ella – con la certidumbre – necesitamos las palabras. La clave está en liberarlas, en exorcizar el espectro en que se parapetan los “palabreros” y desenmascararlos. Así las palabras no servirán de escondite a “tontos importantes” y dejarán de ser “la apariencia bien organizada”.
Las palabras son tramposas y “trampeadas”. Igual nosotros. ¿Serán humanas las palabras? ¿Cuánto habrá de trampa en este post y su autor?
Las palabras
Fito Páez
Las palabras hacen trampa
Nunca creo en lo que nombran las palabras
Las palabras del temblor, del desatino
Las palabras que desvíen el destino
Las palabras son sagradas, buen amigo

Las palabras me hacen falta
Me hacen falta cien millones de palabras
Las palabras siempre se las lleva el viento
Pero yo las necesito, somos dos viejos amantes
Muy chiflados, muy astutos, desafiantes...
Son el arma con la que me das consuelo
El cuchillo que se hunde en mi pellejo
La apariencia siempre bien organizada
Las palabras son traiciones de alto vuelo

Las palabras hacen trampa
Nunca creo en lo que nombran las palabras
Ahí se esconden muchos tontos importantes
Pero no te creas nada de lo que te diga nadie
Las palabras nos enseñan el coraje

Las palabras me hacen trampa
Nunca creo en lo dicen tus palabras
Las mías son iguales, siempre meten confusión
La tensión entre tus versos y el lenguaje
La tensión entre mis besos y tu amor...
Son el arma con la que te doy consuelo
El cuchillo que te hundo en tu pellejo
La apariencia siempre bien organizada
Las palabras son traiciones de alto vuelo.

Las palabras me hacen falta
Me hacen falta cien millones de palabras
Las palabras del amor y del hastío
Las palabras que desvíen mi destino
Las palabras son sagradas como el vino

Las palabras no me creo lo que dicen
Mis palabras son el centro del misterio
Las palabras nos explican lo que nunca entenderemos
Si fue cierto, fue mentira o si al fin fue todo un sueño


Mis palabras...las palabras...


https://www.youtube.com/watch?v=DK-nAhjxmD8


lunes, 11 de enero de 2016

¿Cómo está la cosa?

Por Carlitos

En la calle, la blogosfera, las reuniones familiares de domingos el tema de conversación es el 4% de crecimiento de la economía y su incapacidad de reflejarse en el plato de comida de los cubanos. Sin embargo, en los días de fin de año las tiendas estaban repletas de gente comprando y hay una explosión de bares y restaurantes (muchos caros, muy caros) todos repletos, no solo de turistas.

Entonces, ¿la cosa mejora o no mejora?

En primer lugar, el sector cuentapropista emplea a cerca de medio millón de cubanos (legalmente registrados). Si desde sus inicios la actividad privada pudo generar mayores ingresos, este año ha habido un boom a partir del incremento del turismo y el mayor interés por Cuba. Los negocios orientados al sector externo y a apoyar estos servicios (hospedaje, gastronomía, guías de turismo, algunas manifestaciones del arte, construcción, chapistería, informática, diseño, etc…) han disparado su nivel de actividad y en muchos casos los precios. En este sector se mueve mucho dinero hoy, ya no solo para los dueños, también para muchos de los trabajadores contratados.

En segundo lugar, producto del mantenimiento incoherente de la política de Estados Unidos y la falta de perspectivas a lo interno, la emigración se ha disparado en los últimos años, lo que ha debido impulsar las remesas familiares. En tercer lugar, ha habido incrementos salariales para los médicos y la autorización al sector empresarial a hacer pagos por resultados y redistribuir utilidades.

Pero los incrementos salariales aún son insuficientes respecto a las necesidades básicas de la gente. Incluso para los médicos, los nuevos salarios están lejos de satisfacer las necesidades más elementales de un profesional. La "cosa" nunca estará bien para la gente ni para la sociedad, mientras el trabajo no sea la fuente fundamental para generar ingresos.

Los incrementos salariales son insuficientes también en comparación con el incremento de los ingresos del sector privado y de las remesas. Son insuficientes respecto al incremento natural de los precios. Y, más allá de que los salarios crezcan o no, la mala calidad, inestabilidad y altos precios de las cadenas de tiendas estatales nos recuerda que no solo es importante tener dinero, sino en qué gastarlo.

Estamos a cuatro meses de celebrarse el próximo Congreso del Partido. En un maduro ejercicio dialéctico es necesario reconocer que si bien se han dado pasos impensables cinco años antes, se plantean retos definitorios para el futuro del socialismo en Cuba.

Todas las mejoras operadas en la economía familiar son resultado, sin duda alguna, de medidas tomadas por el gobierno cubano: la ampliación del sector por cuenta propia, el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, la reforma migratoria y las políticas de incremento salarial a los médicos y flexibilidad salarial en las empresas.

Sin embargo, no ha sido suficiente y se han generado nuevos conflictos. Las medidas orientadas a fortalecer el sector estatal y cooperativo han quedado rezagadas respecto a las que favorecen al sector privado; las que favorecen al extenso y valioso sector profesional han quedado rezagadas respecto a las que favorecen a los trabajos menos calificados; la política ha quedado rezagada respecto a la economía. Y hay muchos otros rezagos.

La Cuba del 2016 en nada se parece a la del 2011: aunque la "cosa" mejora para algunos, no lo hace para todos. La gente se a pie, los trabajadores estatales, los profesionales, los viejitos, los jóvenes, siguen esperando que la "cosa" mejore.

jueves, 7 de enero de 2016

Los gigantescos heraldos de Guanabacoa


Por JS
“Hay baches en la vía, tan grandes…”, atinó a decir Vallejo cuando el desvío del carro de alquiler lo obligó a reparar en el cráter abierto frente al populoso parque del Anfiteatro. Allí estaba, como un golpe del odio de Dios; y allí seguía, durante su segunda visita, y la tercera, y la cuarta. Sin dudas era el daño de una deidad, por su capacidad de perdurar y cambiar: ayer, seco y polvoriento; hoy, el cráter inundado de un agua oscura. “Quizás una de esas zanjas en el fiero rostro de la histórica villa”, pensó Vallejo.
En su quinto viaje llegó la sorpresa. A plena luz, bajo un sol de enero que esquivaba el débil invierno tropical, todo se humanizó. Los heraldos que golpeaban el suelo, eran hombres fundidos a sus viejos equipos; dirigidos por otros hombres fundidos a sus agendas. Justo a las once, cuando el roce del hierro con el asfalto olía a pan quemado en la puerta del horno, todos (los hombres-máquina y los hombres-agenda) corrieron a la sombra, miraron de soslayo el golpe a la Calzada y partieron, quizás con la escondida idea de que Vallejo pudiera seguir dando viajes a Guanabacoa e inspirarle sus heraldos negros. Ahora en el 2016.



lunes, 4 de enero de 2016

Topar el voluntarismo

Por Carlitos

Un pasaje televisivo de la reciente sesión plenaria de la Asamblea Nacional muestra la solicitud, el respaldo y los aplausos a un diputado de Sancti Spíritus que solicitó topar los precios agropecuarios. Limitar administrativamente el nivel de precios parece una medida justa, pero la experiencia cubana e internacional muestra que medidas como esta solo logran incrementarlos aún más, desestimular la producción y promover la corrupción y la especulación. Venezuela implementó recientemente una política de "precios justos" y los resultados no fueron muy halagüeños.

La ciencia económica advierte que en mercados de oferta y demanda las prohibiciones y restricciones sin base objetiva tienen limitada capacidad para lograr sus objetivos. El Estado tiene otras opciones de política, pero más dirigidas a promover un ambiente de producción, distribución y comercialización propicios (temas en los que nuestra economía tiene múltiples deudas). El problema de la economía cubana no es de "pillos" que imponen precios altos, sino de una estructura productiva subdesarrollada y salarios bajos. Pillos habrá siempre que haya chance para "pillar".

Hace un par de años pasó algo similar con los particulares que vendían artículos importados desde Ecuador, Panamá, Miami y no se sabe qué otros lugares. En medio de la mala calidad, los altos precios y el desabastecimiento de las TRD, esta opción no solo suponía un alivio para muchas familias, sino que representaba, en la práctica, una forma "popular" de romper el bloqueo. La medida más sencilla hubiera sido abrir una licencia específica para esta actividad y cobrar impuestos por ello. Sin embargo, se optó por prohibirla. Resultado: las "tiendas particulares" se mantienen, pero a precios más caros y con mayor incentivo para corromper a aduaneros e inspectores.

De igual manera, cuando las direcciones de las organizaciones políticas o los diputados convocan al control, la fiscalización y a "que cada cual haga lo que le corresponde" como fórmulas esenciales para que el país avance, se están desconociendo las condiciones que hacen que la gente "no" haga lo que le corresponde. La gente no "lucha" por más o menos consciente, por más o menos revolucionaria. En una sociedad donde desde hace mucho tiempo el salario no alcanza para vivir, ¿quién define qué es lo ética o políticamente correcto? Hay actitudes admirables de muchos cubanos, pero ello no significa que puedan ser exigibles al resto.

El factor común de estos sucesos (y muchos otros ejemplos) es una de las enfermedades más dañinas de las experiencias conocidas del socialismo: el voluntarismo. Con demasiada frecuencia y a cualquier nivel se toman decisiones que ignoran las causas reales de los problemas, a veces por desconocimiento, otras porque se cree que basta con tener autoridad y voluntad para resolverlo. Y no solo viene de los jefes, muchas veces la gente demanda soluciones voluntaristas. Es algo de lo que todos (o casi todos) hemos sido presos en algún momento, hasta en decisiones prácticas de la vida cotidiana.

El voluntarismo es costoso, muy costoso. Pocas veces logra resolver un problema, generalmente lo agrava o (en el mejor de los casos) posterga su solución. Hace perder tiempo y enlentece los procesos de aprendizaje social (es necesario equivocarse demasiadas veces para concluir cosas que todo el mundo sabe). Y, gracias a todo lo anterior, mina la credibilidad política de los que toman las decisiones.  

Tomar decisiones o proponer políticas que desconocen las causas reales de un problema, no solo es irresponsable, sino completamente alejado del espíritu primigenio del marxismo. La ciencia marxista es, ni más ni menos, una crítica científica al sistema capitalista. Fue Marx quien nos advirtió que el ser social determina la conciencia social, aquello de que "el hombre piensa como vive". ¿Cuántas veces la política ignora que el hombre es "preso" del cómo vive? ¿Cuánto de "iluso" hay en pedirle a la gente que piense o actúe o milite como si viviera de otra manera?

Por más cuestiones que haya que transformar para garantizar nuestro futuro, pocas son más definitorias que la batalla por "topar" el voluntarismo y rescatar el carácter científico del socialismo cubano. No es una batalla que se libra únicamente dentro de las estructuras del gobierno y las organizaciones políticas, sino en el plano cultural, social y de la izquierda revolucionaria.

Despojarnos del voluntarismo también importa, y mucho.