El Capitolio de Washington tiene una nueva mayoría bajo su techo. El Partido Republicano controlará durante el período 2015-2016 las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos, justo cuando la administración del presidente Barack Obama empieza a cambiar su política hacia Cuba.
Figuras prominentes conservadoras, como el speaker John Boehner o el posible candidato presidencial Jeb Bush, se pronunciaron contra el acercamiento entre la Casa Blanca y el gobierno de Raúl Castro.
Pero en las filas republicanas no hay consenso en cuanto al futuro de las relaciones con Cuba. Algunos legisladores del Congreso apelan a motivos pragmáticos para justificar una normalización con la isla caribeña.
"Pienso que abrir a Cuba es probablemente una buena idea", comentó en diciembre el senador republicano Rand Paul, del estado de Kentucky, en una entrevista con la emisora de radio WVHU.
Rand Paul incluso defiende la polémica iniciativa de eliminar las restricciones contra La Habana a través de poderes presidenciales. "Parte del embargo fue hecho por una orden ejecutiva, así que él (Obama) puede deshacerlo por medio de una orden ejecutiva", explicó el senador republicano.
"Hay algunas cosas, como la prohibición de viajar y asuntos similares que fueron hechos por el Congreso y que, en última instancia, deben ser tratados por el Congreso", afirmó Paul, cuyo nombre se baraja como posible aspirante a la candidatura presidencial republicana en las elecciones generales de 2016.
El congresista republicano Jason Chaffetz, de Utah, y su colega Mark Sanford, de Carolina del Sur, también aplaudieron la decisión de Obama de echar a un lado las restricciones contra Cuba.
Sanford se identifica a sí mismo como un crítico de Obama, opuesto al uso deliberado de las facultades ejecutivas del presidente, pero coincidió con las iniciativas anunciadas el 17 de diciembre de 2014. El congresista prometió presentar un proyecto de ley con apoyo bipartidista para permitir que los estadounidenses viajen a la isla más grande del Caribe, "sin importar quien se siente en la Casa Blanca".
"Me asombra que después de la Guerra Fría, los Estados Unidos de América no me permitan viajar a Cuba", dijo Jason Chaffetz, quien visitó la Base Naval de Guantánamo en 2009 y es el nuevo presidente del Comité de la Cámara para la Supervisión y Reforma del Gobierno.
Una legislación similar a la de Sanford sería presentada por el senador Jeff Flake, quien acompañó al subcontratista Alan Gross en el avión que lo llevó de vuelta a los Estados Unidos.
En su sitio web, Flake se presenta a sí mismo como "un claro defensor de la reducción de las restricciones comerciales y de viajes con Cuba". Él mismo ha visitado el país varias veces.
También en la cámara alta, el senador republicano Jerry Moran, de Kansas, defiende la apertura con el vecino insular ubicado al sur de la Florida. Pero su posición es impulsada por la posibilidad de que "nuestros granjeros y rancheros vendan sus productos a Cuba".
Un comunicado firmado por Moran cita un estudio de 2010 que pronostica ventas de 365 millones de dólares por la exportación de alimentos de los Estados Unidos a la Isla, así como la creación de 6 mil empleos como resultado de ese intercambio.
"Cuba está a solo 90 millas de nuestras fronteras, haciéndola su mercado natural para productos agrícolas estadounidenses, como el trigo de Kansas", dijo entonces.
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