Tomado de OnCuba, por Francys Romero.
Por estos tiempos muchos se preguntan qué sucede en el beisbol cubano que muchos jugadores deciden emigrar. Este fenómeno ha golpeado al deporte en la Isla que lucha por sobrevivir y salir de su vigente crisis estructural y de escasos resultados en el espacio internacional.
Del último lustro, el beisbol cubano recuerda el sabor amargo de la derrota en la final olímpica de Beijing 2008 y en dos Clásicos Mundiales en 2009 y 2013. La pesadilla se extendió a la pasada Serie del Caribe 2014. Ahora bien, un simple triunfo en los recién finalizados Juegos Centroamericanos de Veracruz no es el mejor examen de la pelota en Cuba.
La emigración está escribiendo una nueva página del béisbol y otros deportes en la Isla como el atletismo, el voleibol, el fútbol o el baloncesto. Desde 1999 se han marchado cerca de 350 beisbolistas cubanos. Peter Bjarkman, reconocido escritor norteamericano y estudioso del beisbol nacional aseveró en entrevista realizada por Reynaldo Cruz que la divión entre Cuba y los Estados Unidos "por la Guerra Fría durante varias décadas impidió que las Ligas Mayores pudieran acceder a peloteros cubanos, a menos que "desertaran" —lo cual muy pocos o casi ninguno (hasta los años 2000) estuvieron dispuestos a hacer". Pero Bjarkman hablaba de las Grandes Ligas, y los peloteros cubanos han decidido probar suerte en muchas otras ligas, además de la MLB.
Una pregunta en este punto sería: ¿Por qué a partir de 1999-2000 tantos jugadores de la Isla han estado dispuestos a marcharse?
Es difícil de responder. El factor económico ha sido una pieza clave pero no única. Existen otras razones que influyen en la emigración de los deportistas cubanos:
El sueño profesional
Jose Ariel Contreras se marchó de Cuba a los 31 años para jugar beisbol en Grandes Ligas. Ya lo había conseguido todo en su carrera deportiva en la Isla. Había sido campeón con su equipo Pinar del Río. Había sido campeón Olímpico y Mundial. Era el lanzador de mejor arsenal en Cuba. Entonces ¿qué faltaba en su hoja de servicios? Ser jugador de MLB.
Por otra parte, el sueño profesional ha variado desde el ejemplo de Contreras. La eliminación de la disciplina en el programa de los Juegos Olímpicos y la extinción de los Campeonatos Mundiales y Copas Intercontinentales o Copas Mundiales, ha reducido la posibilidades de triunfo de los jugadores que apenas esperan a ser campeones nacionales y no alargan por mucho tiempo su vida en el deporte amateur.
Atletas como Puig, Jorge Carlos Soler, Adeinys, Yoan Moncada, Baldoquín, Yoan López, Dariel Álvarez o Yasmany Tomás, decidieron apostar por el sendero profesional antes de cumplir los 30 años, a diferencia de peloteros cubanos como Contreras o Héctor Olivera.
El triunfo de las estrellas cubanas del beisbol y la inflación de contratos
Peter Bjarkman aseguró que "durante los años 70, 80 y 90, los mejores peloteros cubanos no tenían suficientes motivos o deseos de irse de casa… eran grandes héroes en la Isla, los equipos nacionales casi nunca perdían, y los jugadores estaban motivados por el patriotismo y la lealtad al sistema que los formó".
A partir de finales de los 90 los cubanos comenzaron a dejar de ver a las Grandes Ligas como una barrera imposible. El enigma se fue disolviendo cuando Liván Hernández ganó en el 97 o cuando el Duque logró su cuarto anillo junto a Contreras en el 2005. O simplemente cuando fue premiado con 3 Guantes de Oro como Rey Ordoñez o dos Bates de Plata como Alexei Ramírez. Aroldis Chapman está entre los 3 mejores closers de la MLB, Yoennis Céspedes ha ganado dos Derbys de HR consecutivos y José Dariel Abreu ha conseguido el Novato del Año. Quienes no han triunfado como estas estrellas, ha sido medianamente buenos en su trabajo como Danys Baéz, Yunel Escobar y Kendrys Morales.
Las Grandes Ligas son un sueño posible que se ha fortalecido con la inflación de contratos a los agentes libres internacionales. Por ejemplo, ¿Rusney Castillo era o es el mejor jugador cubano de béisbol? Muchos o todos me dirán que no. Entonces, ¿por qué fue el agente libre internacional más pagado por encima de otros jugadores que son superiores? Pues porque el mercado ha valorado que las herramientas del avileño son ventajosas y eso lo hace ser un jugador valioso de múltiples cualidades aún sin ser el mejor.
La subestimación
La subestimación ha llevado a otros peloteros a probar su valor en otro béisbol. La lista es apreciable: Alexei Ramírez, Yunesky Maya, Alexander Guerrero, Henry Urrutia, Yuniesky Betancourt, Dayán Viciedo, Michel Abreu, Leonys Martín, Juan Miguel Miranda, Leslie Anderson, Francisley Bueno o Yoslan Herrera.
Aquí unas simples preguntas: ¿Por qué Maya no fue a Beijing 2008 y luego era el mejor pitcher cubano para el II Clásico de Béisbol un año después? o ¿alguna vez Francisley Bueno o Raúl Valdés integrarían la selección nacional? ¿Cuánto tiempo necesitaba ser Alexander Guerrero, el campo corto más ofensivo de Cuba? ¿Qué sería de la carrera deportiva de Alexei Ramírez cuando a las claras era un "no elegido"?
Hay otra variable. La selección nacional solo podría llevar a 24 jugadores (o 30 en caso que fuera un Clásico Mundial) a un torneo internacional. El talento joven del béisbol en Cuba nos dice que existen más de 100 jugadores con nivel por encima del promedio. Es decir, que invariablemente solo podían contar con el 25 por ciento de su talento.
Las figuras menores
El sistema del béisbol cubano y su liga son, a lo sumo, cualitativamente un béisbol a nivel de AA. Existen otras ligas en América y Europa con un nivel inferior a esto. Tal vez sea esa la razón por la cual otras figuras de menor valía han surcado otros países en busca de realizarse.
Ernesto Noris y Juan Carlos Muñiz jugaron con Brasil el III Clásico Mundial. Bárbaro Cañizares y Yasser Gómez con España. Yunieski Sánchez y Luis Yadier Fonseca lograron el título en la última Serie del Caribe 2013 con los Naranjeros de Hermosillo.
Laidel Chapelli juega en Italia y Ernesto Martínez en Francia. Maikel Neninger lanzó en la Liga de Costa Rica y Enobel Márquez con Alemania en el pre-Clásico del 2013.
En las ligas invernales juegan Ernesto Molinet o Ronnier Mustelier en México, Félix Pérez, Hasan Pena y Yoanner Negrín en Venezuela o Donell Linares o José Julio Ruiz en Dominicana.
El beisbol cubano se ha expandido a otros horizontes y estos jugadores han visto sus carreras resurgir a pesar de la lejanía.
La batalla entre la emigración y el béisbol en Cuba continuará e irá adquiriendo otros matices con el tiempo. No hay un ganador, sí dos claros afectados.
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