Por NY Times
A veces, hacer clic para publicar un texto genera la sensación de un juego de ruleta rusa. Pero, en el caso de Carlos Alberto Pérez, un bloguero en La Habana, su situación está lejos de ser la de un disidente. Trabaja para el Ministerio de Comunicaciones, lo cual le permite tener acceso a Internet en la oficina y su hogar. Su habitación está cubierta de fotos en blanco y negro del Ché Guevara, el legendario líder guerrillero argentino que ayudó a llevar a Fidel Castro al poder en 1959. Y aún así, leer su blog, La Chiringa de Cuba, es sumergirse en un sinnúmero de ejemplos de todo aquello que marcha mal en esta nación de 11 millones de habitantes, aún gobernada, después de 50 años, bajo el mantra "Socialismo o muerte".
"Aquí todo funciona mal", dijo Pérez, quien frecuentemente teme que su próximo texto crítico pudiera ser el último. "Lo único que funciona bien son las fuerzas armadas".
En diciembre de 2010, Raúl Castro, casi tres años después de que tomó las riendas del poder de su convaleciente hermano, Fidel Castro, hizo un llamado a que los cubanos fueran más críticos del sistema, admitiendo que el Partido Comunista había fallado a sus ciudadanos de varias maneras. La diversa y creciente comunidad de blogueros ha hecho precisamente eso, al convertirse en una poderosa alternativa a la prensa oficial, que durante décadas ha transmitido contenido hiperbólico y aburrido, pero poco periodismo sustancial.
Pocos segmentos de la sociedad cubana parecen estar en posición de sacar más provecho del acercamiento entre Washington y La Habana que este grupo. A medida que el acceso a Internet se amplíe y el gobierno cubano no pueda argumentar, de manera creíble, que Estados Unidos representa una amenaza existencial, los escritores independientes seguirán siendo importantes agentes de cambio.
Durante décadas, los medios estatales de prensa y televisión en Cuba han sido portavoces de los Castro, atacando a Estados Unidos como la maldición "imperialista", responsable de todos los problemas en la isla. La respuesta de Washington ha sido una inversión de cientos de millones de dólares en medios de propaganda con sede en Miami que se han dedicado a desprestigiar a los líderes cubanos e intentar desestabilizar al gobierno.
Un interesante campo intermedio surgió en 2007, cuando Yoani Sánchez, una escritora evocadora y perceptiva, comenzó a publicar en Internet textos que narraban la cruda realidad del día a día en La Habana. Su blog, Generación Y, se convirtió en una sensación internacional, y en un medio irritante para el Gobierno cubano. El estado la ha atacado constantemente, alegando, injustamente, que es una agente de gobiernos occidentales. Algunos de sus escritos, publicados usando conexiones de Internet en negocios para turistas, han incluido ásperas críticas de los líderes del país.
A medida que hubo más acceso a Internet en centros laborales y universidades, la blogosfera comenzó a proliferar sin reglas de juego claras. Sin embargo, quienes accedían a la red a través de conexiones del Estado, entienden implícitamente que hay dos temas vetados: cuestionar la legitimidad de los líderes del país o la viabilidad del sistema comunista en Cuba. No tomó mucho tiempo para que algunos blogueros se acercaran a los límites.
En 2012, La Joven Cuba, un blog administrado por maestros en la Universidad de Matanzas, tenía un seguimiento respetable, con casi 3,000 visitas diarias. Los escritores publicaron algunos textos que incluían críticas al sistema y permitieron que los lectores dejaran comentarios sin que fueran moderados. Unos escritos hacían reflexiones sobre la caída de regímenes autoritarios durante el siglo XX, mientras otros criticaban a la prensa oficial por ser tan subyugada al Partido Comunista. Meses después de que la universidad fue sede de un encuentro de jóvenes blogueros en abril de 2012, los administradores bloquearon acceso a La Joven Cuba.
La controversia llegó a oídos de los líderes más importantes del país cuando otros blogueros en Cuba comenzaron a defender la causa de los chicos de Matanzas. En marzo de 2013, el Vicepresidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien parecería estar en línea para ser el próximo líder del país, visitó la universidad y se reunió con los jóvenes blogueros. La primera pregunta que les hizo los dejó atónitos. ¿Qué necesitan para que La Joven Cuba vuelva a estar en línea? La pregunta se formuló para manifestar que contaban con su apoyo. Para hacer énfasis, se tomó una foto con los escritores. El acceso al blog se restableció casi de inmediato.
"Después de eso prácticamente no ha vuelto a ocurrir otro caso así", dijo Harold Cárdenas Lema, uno de los fundadores de La Joven Cuba. "Los límites de la crítica son amplios porque se comienza a ver esta como legítima y saludable para la sociedad".
Pérez causó una inusual controversia este año al publicar un post sobre un caso de fraude masivo en las pruebas de ingreso para la universidad. Cuando alertó al Ministerio de Educación que las respuestas a las preguntas para un examen estaban siendo vendidas, los funcionarios no hicieron caso a su denuncia. Luego de que publicó evidencia, desencadenó una investigación que llevó al arresto de varias personas.
Mientras las autoridades, hasta el momento, han tolerado críticas de blogueros como Cárdenas y Pérez, han censurado, sin motivo justo, voces que han pedido reformas democráticas. Sánchez y un grupo de colegas lanzaron en mayo un portal digital de noticias, 14yMedio.com, pero el gobierno lo bloqueó inmediatamente para los lectores en la isla.
"En Cuba, las imprentas están más custodiadas que los cuarteles militares", dijo Sánchez durante una entrevista en su apartamento en La Habana. Además de ser censurada, Sánchez es calumniada a diario por blogs y cuentas de redes sociales anónimas que, según las sospechas de diplomáticos en Cuba, son manejadas por agentes de seguridad cubanos.
Hace unos días, el Gobierno cubano anunció que estaba dispuesto a tomar pasos para ampliar el acceso a Internet, mediante un editorial publicado en Granma, el principal diario estatal. Por supuesto, el editorial expuso que las sanciones que impone Estados Unidos a la isla, y su política severa, son las causas de su precaria infraestructura de Internet. El dramático giro de política que anunció el Presidente Obama la semana pasada causará que esas excusas se vuelvan obsoletas pronto. Los pasos que Washington está tomando para que empresas de tecnología estadounidenses puedan hacer negocios en Cuba podrían expandir dramáticamente el acceso y la velocidad del Internet en el futuro cercano. Pérez, por su parte, no es optimista.
"Yo no creo que el gobierno está preparado para un Internet masivo", dijo. "Si 200 blogueros les damos dolores de cabeza todos los días, no sé qué pasaría el día que un zapatero tuviera WhatsApp".
Sería extraordinario si los líderes cubanos fueran lo suficientemente valientes para invalidar esa predicción, expandiendo el acceso a Internet y dejando de censurar voces que están aportando críticas constructivas necesarias. De lo contrario, los blogueros en Cuba tendrán más herramientas que nunca para confrontarlos.
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