Luego de que una parte del exilio intolerante en Miami vociferara contra el presidente Barack Obama y lo acusara de "traición" por decidir la normalizaciones de las relaciones con Cuba, tres miembros del gobierno de EE.UU. se han dirigido a la comunidad de cubanoamericanos concentrados al sur de la Florida. Este domingo el diario Miami Herald ha publicado una columna de opinión firmada por los secretarios de Estado, John Kerry, de Comercio, Penny Pritzker, y del Tesoro, Jacob Lew. En ella subrayan que "ha llegado el momento de dejar de mirar atrás y de comenzar a avanzar en interés tanto de los cubanos que aman la libertad como de EE.UU."
Progreso Semanal ha traducido este texto y a continuación se lo brindamos a nuestros lectores:
John Kerry: La nueva política hacia Cuba del presidente Obama mira hacia adelante, no hacia atrás
Por John Kerry, Penny Pritzker and Jacob J. Lew
La decisión del presidente Obama de comenzar a normalizar las relaciones con Cuba fomentará los intereses de Estados Unidos y los del pueblo cubano. Los once millones de habitantes de esta nación isleña han esperado demasiado tiempo –más de medio siglo– para alcanzar sus aspiraciones democráticas y construir lazos más cercanos con el resto del mundo en el siglo 21. Nuestra nueva política hacia Cuba refleja la realidad de las políticas anteriores que, aunque bien intencionadas, ya no se adecuan a la situación actual. El anuncio del presidente refleja una histórica vuelta de página a enemistades nacidas en una era diferente y hacia un futuro más brillante y prometedor.
Al comienzo de su administración, el presidente dio pasos para suavizar las restricciones a las visitas y remesas de cubanoamericanos que abrieron nuevas vías para la reunificación familiar –y más tarde se expandió para incluir los intercambios religiosos, académicos y culturales para todos los norteamericanos. La decisión de la semana pasada se apoya de manera atrevida en esas medidas iniciales e incrementará las comunicaciones, el comercio y los viajes entre nuestros dos países. El Departamento de Estado encabezará las discusiones para restaurar las relaciones diplomáticas normales con Cuba, por primera vez desde 1961, y restablecerá una embajada en La Habana. En nuestras discusiones bilaterales, Estados Unidos fomentará la cooperación en asuntos de interés mutuo, incluyendo la actividad contra narcóticos, migración, el combate contra el tráfico de personas, la crisis del ébola y retos medioambientales compartidos.
El presidente ha dejado en claro que un importante enfoque de estas acciones incluirá el apoyo continuado a las condiciones mejoradas de los derechos humanos y las reformas democráticas en Cuba. La promoción de la democracia apoya los derechos humanos empoderando la sociedad civil y apoyando la libertad de individuos para ejercer la libertad de palabra y de reunión. Por estas razones, saludamos la decisión de Cuba de liberar a más de 50 prisioneros políticos, expandir el acceso a internet para los ciudadanos cubanos y permitir un mejor monitoreo de los derechos humanos por parte de la Cruz Roja Internacional y las Naciones Unidas. Nuestro firme apoyo al progreso en estas áreas será inquebrantable y continuaremos implementando programas para promover el cambio positivo en Cuba.
Como dijo hace mucho Albert Einstein, no es racional seguir haciendo lo mismo con la esperanza de obtener resultados diferentes. Desde que se congelaron las relaciones EE.UU.-Cuba, el mundo se ha transformado; la Guerra Fría terminó hace un cuarto de siglo. Con el tiempo, el esfuerzo de EE.UU. por aislar a Cuba comenzó a tener el efecto contrario de aislar a Estados Unidos, en especial en el Hemisferio Occidental. Mientras tanto, los líderes cubanos utilizaron nuestra actitud como una fuente de propaganda para justificar políticas que no tienen lugar en el siglo 21. Ha sido un secreto a voces que la relación se ha anquilosado de una manera que no beneficia a ninguna de las partes. El momento ha llegado de cesar de mirar atrás y comenzar a moverse hacia adelante en interés tanto de los cubanos que aman la libertad como de Estados Unidos.
¿Qué ha decidido hacer específicamente el Presidente?
Primero, ha autorizado a funcionarios de EE.UU. a expandir los viajes, incrementar las remesas y aumentar el comercio bilateral. Para facilitar esto y garantizar la supervisión adecuada, el Departamento del Tesoro también facilitará las operaciones bancarias y permitirá el uso de tarjetas norteamericanas de débito y de crédito en Cuba. Además, fortalecerá el monitoreo y transparencia de los flujos financieros entre Estados Unidos y Cuba permitiendo a instituciones financieras norteamericanas abrir cuentas correspondientes en bancos cubanos. Uno de los efectos de todos los cambios será el de aumentar la capacidad de los norteamericanos a suministrar entrenamiento y otros apoyos al naciente sector privado cubano, que incluye a alrededor de 500 000 trabajadores. En este sentido, el Departamento de Comercio relajará los actuales límites de exportación a una variedad de productos que ayudarían a las pequeñas empresas cubanas a crecer –tales como firmas de construcción, compañías agrícolas, de reparación de automóviles y otros.
Segundo, la decisión del presidente apoyará nuevos esfuerzos por derribar el muro digital que aísla a los cubanos. El país tiene una tasa de penetración de Internet de 5 por ciento, una de las más bajas del mundo. Los precios son altos y los servicios limitados. Bajo la nueva política, permitiremos la venta de tecnología que comenzará a desatar en la Isla los efectos transformacionales de la internet.
Tercero, el Presidente ha ordenado reformas en la aplicación de sanciones norteamericanas a cubanos en terceros países.
Cuarto, el Presidente ha pedido al Departamento de Estado revisar la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo para garantizar que tal designación esté guiada totalmente por los hechos y la ley.
Todo esto es además del comienzo de las conversaciones que tienen como objetivo las relaciones diplomáticas normales. El mes próximo, la subsecretaria de Estado Roberta Jacobson encabezará la delegación norteamericana a la próxima ronda de conversaciones migratorias EE.UU.-Cuba, y el Departamento de Comercio encabezará una delegación comercial a ese país en meses venideros. En primavera, el presidente Obama viajará a Panamá para la Cumbre de las Américas 2015, donde estamos alentando la total participación de representantes de la sociedad civil cubana. Mientras tanto, Estados Unidos ha dado la bienvenida al subcontratista de la USAID Alan Gross, de vuelta en casa, quien estuvo encarcelado injustamente en Cuba durante más de cinco años, y también un agente de la inteligencia norteamericana que había estado dos décadas en prisión.
El anuncio del presidente Obama la semana pasada mira hacia adelante y hace énfasis en el valor de las relaciones persona a persona, incremento del comercio, más comunicaciones y diálogo respetuoso. Incrementará nuestra capacidad de tener un impacto positivo en sucesos dentro de Cuba y ayudará a mejorar la vida del pueblo cubano. Situará a los negocios norteamericanos en un plano de mayor igualdad. Y aumentará el prestigio de nuestro país en el hemisferio y en todo el mundo.
(Tomado de Miami Herald. Traducido por Progreso Semanal)
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