Cuba volvió a la cima de la cita regional más antigua del mundo tras 16 días de intenso bregar, de batallas fraternales, de estrategias y resultados positivos y negativos. Los 123 títulos de los antillanos fueron superiores a las 115 coronas alcanzadas por unos locales mexicanos que vendieron cara su derrota y prepararon el terreno en pos de mantener la supremacía de hace cuatro años en Mayagüez, Puerto Rico, cuando la Isla se ausentó y el camino estuvo despejado.
Durante este período existieron momentos magníficos y actuaciones destacadas de manera general, esos que hacen vibrar, mantienen en vilo y te obligan a gritar de alegría o a bajar la cabeza para suspirar profundo. OnCuba seleccionó los diez hechos más sublimes de la delegación cubana, sin orden alguno y conscientes de la ausencia de algunos que hicieron créditos suficientes y merecen su presencia.
Las diez grandes hazañas de Cuba en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe:
Fútbol: Solo algunos perdieron la voz con el gol de Yordan Santa Cruz, aunque todos sufrieron con el penal errado, pero ya el trabajo estaba hecho. Por casi una década, tal vez desde aquella eliminatoria mundialista ante Costa Rica bajo las riendas del peruano Miguel Company, los clubes extranjeros acapararon todos los comentarios de fútbol en nuestro suelo. Sin embargo, tras la heroica actuación de la selección sub. 21, los nombres de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo fueron sustituidos unos días por otros como Maikel reyes, Abel Martínez y demás. Carlo Ancelotti o Pep Guardiola quedaron a un lado y Raúl González Triana y su cuerpo de dirección ganaron protagonismo. El partido ante México hizo que el país durmiera un poco más tarde y que pensáramos en el futuro, pensando en grande.
Andy González: Andy González corrió los metros finales como si fueran los últimos de su vida. La recta de la pista del estadio Heriberto Jara Corona fue su mejor aliada. En los 1500 metros planos, distancia conocida, pero donde ha competido poco, el capitalino dejó a todos boquiabiertos. Sus amplias zancadas, su braceo extenso, sus ganas de llegar, pero llegar de primero, nos enorgullecieron. Ya para su verdadera especialidad, los 800, todos aguardábamos expectantes otra corona, sin conocer, tal vez, que en la carrera existían hombres de sobrada calidad para disputar el metal áureo. Andy, otra vez, le imprimió a sus piernas la velocidad suficiente para rebasar la meta, caer, mirar a la pizarra, asegurarse de haber ganado y levantar su mano izquierda y señalar, también con sus largos dedos, el número dos. Todos callaron y entendieron.
Marlies Mejías: A los 13 años montó por vez primera una bicicleta, y según sus propias declaraciones la hermana era mucho mejor que ella pedaleando. Una enfermedad privó a su gemela –sí, es gemela, y nació en Santiago de Cuba- de seguir en el deporte activo. Ello fue un aliciente para seguir adelante y mejorar, entrenar con ahínco y privarse de algunas bondades de la juventud. Marlies Mejías tomó a Veracruz por sus propios pies, y la hizo suya. Cinco preseas de oro, en pruebas de velocidad y resistencia, fueron suficientes para que esta chica se robara el corazón de los cubanos.
Gimnasia artística: Manrique Larduet tiene un ídolo de niño, Erik López, multimonarca panamericano. Su vista está en seguir sus pasos y por ahora no pierde las huellas. Con solo 18 años este santiaguero sorprendió con sus dos liderazgos, cuatro segundos lugares y un tercer escaño que catapultaron a Cuba al reinado de una disciplina que volvió con las manos vacías hace ocho años de Cartagena de Indias, Colombia. Pero Larduet tuvo en la igual indómita, de 16 años, Yesenia Ferrera, una fiel escudera. Rozando el metro y cincuenta centímetros de estatura, la morenita criolla obtuvo dos medallas de oro, una de plata y par de preseas de bronce.
Yipsi Moreno: Mientras el martillo de Yipsi sobrevolaba la grama del estadio Heriberto Jara Corona, el atletismo se ponía de pie para despedir a una de sus más preciadas exponentes. La "Furia de Agramonte", de las atletas más queridas por el pueblo, se fue como se van los grandes: vestida de oro, y con record para el evento de 71 metros y 35 centímetros. Sus lágrimas, las últimas en el escenario competitivo, quedaron grabadas en el corazón de más de 11 millones de cubanos.
Remo: El remo llegó a México con el objetivo marcado de alcanzar de seis a ocho títulos en la cita centrocaribeña. El mal tiempo hizo que la competencia se retrasara un par de días y con ello llegó también la desesperación. Todos se concentraron y esperaron con paciencia. El primer día sacaron un oro. El segundo fue perfecto de 6-6, mientras que el tercero no se quedó detrás. En Veracruz se disputaron diez modalidades, y todas fueron ganadas por los cubanos en un resultado excelso que acaparó titulares de prensa y fue un decisivo aporte a la comitiva. Ángel Fournier, doble medallista mundial, tuvo la batuta en la mano y señaló el camino de la victoria para este resultado sin precedentes.
Sergio Mestre: La varilla a 2.26 metros, concentrado, no pidió palmas, miró al cielo, exigió y comenzó la carrera de impulso. Junto a Sergio Mestre saltó Cuba. La corona del muchacho de 26 años llegó a los corazones de una afición que extrañaba los triunfos en una de las modalidades más queridas del atletismo nacional. Contra todo pronóstico, Mestre subió a lo más alto del podio ante la mirada atenta de Javier Sotomayor, recordista mundial, ídolo, figura y el saltador más grande de la historia.
Boxeo: Un tren ha sido el boxeo cubano en este 2014. El título en la IV Serie Mundial y las nueve medallas de oro alcanzadas de diez posibilidades en Veracruz le brindan todas las papeletas posibles para que sea elegido el deporte del período. Sin experiencia alguna en este tipo de lides, los pugilistas hicieron gala de la maestría adquirida y sin dudas llenan de esperanzas para los próximos eventos de rigor, como los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016. Allá, en el gigante sudamericano, nombres como Robeisy Ramírez y Roniel Iglesias buscarán, si no cambian los vientos, su segundo reinado; y otros llamados Yosvani Veitía, Lázaro Álvarez, Yasnier Toledo, Arlen López, Julio César la Cruz, Erislandy Savón, Yoandi Toirac, sin olvidar a aquellos que se alistan en el Centro de Entrenamiento Orbeín Quesada, lucharán por alcanzar la gloria. Talento sobra.
Pentatlón: Los pentatletas protagonizaron una de las actuaciones más destacadas desde el punto de vista cualitativo. La cosecha de dos títulos, un par de platas e igual cantidad de bronce dignifica a una especialidad que tiene que sobreponerse a las dificultades para entrenar cinco disciplinas muy costosas. El empuje de la campeona olímpica de la juventud Leidy Laura Moya, con el primer lugar en el apartado individual y en el relevo mixto junto a José Ricardo Figueroa, representó el colofón perfecto para una familia que lucha con poco y se repone tras los aprietos.
Hockey sobre césped: Este es uno de los deportes menos mediáticos en Cuba. Sin embargo, en eventos continentales y centroamericanos siempre cumple. En Veracruz, México, no fue la excepción, y a pesar de los escépticos las selecciones alcanzaron el primer lugar, convirtiéndose en la única especialidad colectiva que dominaba en ambos géneros. Destaque para los hombres que desbancaron cinco goles por uno en la final a Trinidad y Tobago, viejo conocido en estos torneos y un rival siempre peliagudo. Las palmas para Guillermo Stackerman, su jefe técnico, trabajador incansable en silencio y para los trabajadores de la cancha sintética Antonio Maceo, por mucho la instalación que mejor cara muestra de las fundadas para los Juegos Panamericanos de La Habana en 1991.
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