Tomado de Cuba+, por Carlos Batista
El control republicano del Senado no afectará la política de Washington hacia Cuba y su colaboración bilateral frente al ébola, sino que puede brindar un mejor escenario al presidente Barack Obama para dar nuevos pasos de acercamiento, opinan expertos en ambos países.
"El cambio de manos del Congreso no tiene nada que ver ni es leído políticamente como relativo o relevante a la política hacia Cuba", dijo el académico Arturo López-Levy, de la Universidad de Denver, Colorado.
Los republicanos fueron los grandes vencedores de las elecciones legislativas de mitad de mandato del 4 de noviembre, lo cual fue celebrado en medios conservadores como un freno al ambiente de aproximación entre los dos países, favorecido por su colaboración conjunta para enfrentar la epidemia de ébola en África, a pesar de que carecen de relaciones diplomáticas formales desde 1961.
"Cuba no es un tema partidista, en ambos lados hay corrientes a favor y en contra", dijo el comentarista Oliver Zamora del telediario nacional cubano, en la única reacción sobre el tema en un medio estatal de la isla.
En igual sentido se pronunció Jorge de Armas, analista de Cuban Americans For Engagement (CAFE). "Cuba, en cuanto a política, es un asunto al que responde la nación toda" y no a través de posiciones partidistas.
Tal es así que dos senadores, el demócrata Tom Udall (Nuevo México) y el republicano Jeff Flake (Arizona), viajaron el martes a Cuba, donde se entrevistaron con su compatriota preso Alan Gross y con el canciller Bruno Rodríguez, sobre la liberación del estadounidense y otros temas bilaterales.
El triunfo republicano hará salir en enero al demócrata Robert Menéndez (Nueva Jersey), principal defensor de la mano dura con Cuba, de la jefatura del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, "lo que haría más fácil la vida al presidente Obama, al menos en el caso de Cuba", apuntó en un reciente artículo Álvaro Fernández, editor de Progreso Semanal, en Miami, Florida.
"Esto puede darle al presidente Obama la posibilidad de distanciarse de esa política. Podría ser que el presidente utilice el caso Cuba como ejemplo de diferencias entre él y el nuevo Congreso", dijo Peter Schechter, director del Centro de América Latina en el Atlantic Council.
Tras la victoria republicana, la bancada demócrata "es más consistentemente liberal y con posiciones favorables a un cambio de política hacia Cuba", apunta López-Levy, que como otros analistas descarta acciones del Congreso para aproximarse a Cuba, las cuales tendrían que venir de la mano ejecutiva de Obama.
Aunque sin sobrevalorar el tema Cuba, los analistas opinan que un golpe de timón de Obama en la política hacia la isla pudiera ser el gesto perdurable que todos los presidentes hacen al final del segundo mandato, tomando en cuenta sobre todo la proximidad de la Cumbre de las Américas, en abril de 2015, a la que Cuba fue invitada.
"A partir de ahora hasta abril tenemos una ventana para rectificar esta política. Todos los líderes de América Latina están viendo y esperando ese tipo de medidas", dijo Mavis Anderson, del Latin America Working Group, de Washington.
"Frente a los enormes problemas internos y externos que debe encarar la política norteamericana, el tema Cuba reviste una importancia menor. Sin embargo, tiene un valor simbólico que supera sus connotaciones reales y puede servir al presidente para mejorar una imagen muy dañada por la falta de determinación", escribió en un artículo el ex diplomático y académico Jesús Arboleya.
La mayoría de los analistas consultados opina que el acercamiento propiciado por la colaboración de ambos países para enfrentar la epidemia de ébola no se verá afectado por la victoria republicana.
"Espero que esa cooperación no sea puesta en riesgo", dijo Anderson. "Es una decisión ejecutiva" que no se verá afectada, expresó López-Levy. "Está en el interés de la nación norteamericana toda colaboración con Cuba en el área médica", opinó de Armas.
En medio de la diplomacia del ébola, el influyente New York Times publicó cinco editoriales exhortando a un cambio de política hacia Cuba.
"Esas opiniones reflejan una postura creciente dentro de la opinión pública, pero en la política estadounidense las opiniones no cuentan hasta tanto no se transforman en donaciones monetarias a candidatos y votos", dijo López-Levy, quien alertó que "nadie debe subestimar la inercia de la política en vigor ni asumir que el embargo tiene los días contados".
La política de Washington hacia Cuba "depende de crear intereses, crear lobby, cabildeos, presiones, y ya hay fuerzas trabajando en ese sentido", apuntó Zamora en la televisión cubana.
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