Anthony Blinken, uno de los principales asesores en política exterior de Obama, respondió en el Congreso que " a no ser que Cuba sea capaz de demostrar que está dando pasos significativos, no sé cómo podríamos avanzar", agregando que se refiere a pasos "no solo económicos, sino democráticos".
La pregunta fue formulada por el senador cubanoamericano Marco Rubio, quien le pidió su opinión sobre los rumores de que Obama podría flexibilizar parte del Embargo con medidas ejecutivas. El intercambio se produjo durante la audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado para la confirmación de Blinken como número 2 del Departamento de Estado.
Sin embargo, el asesor adjunto de seguridad nacional de Obama aseguró también que el Presidente Barack Obama "tiene ideas sobre cómo ayudar a impulsar a Cuba" por una senda democrática y que, "si tiene una oportunidad para avanzar en ello, es posible que la aproveche", dejando abierta así la puerta a cambios de políticas.
La audiencia estuvo marcada en gran medida por la presión de los cubanoamericanos, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata de origen cubano Bob Menéndez, exigió que Estados Unidos no acepte que Cuba asista a la Cumbre de las Américas que se celebrará en Panamá en abril de 2015.
La propuesta de Menéndez es puramente retórica porque La Casa Blanca no puede impedir que Cuba asista a la Cumbre de las Américas cuando fue invitada por el país anfitrión, con el respaldo unánime de todos los países de la región, incluso de aquellos que mantienen las mejores relaciones con EEUU, como Colombia o México.
El anticastrismo teme que Obama de pasos de acercamiento con Cuba, algo que viene anunciándose en medios académicos y de prensa. El New York Times ya ha publicado 6 editoriales pidiendo el fin de la política de hostilidad, instaurada en 1961 con el rompimiento de relaciones y reforzada un año después con la promulgación de un Embargo económico que pesa hasta hoy sobre Cuba.
Las anteriores negociaciones chocaron con la exigencia norteamericana de que Cuba rompiera sus lazos con la URSS, sacara sus tropas de África o dejara de apoyar a los movimientos revolucionarios de América Latina. En esta ocasión habrá que ver si la exigencia de pluripartidismo y economía de mercado no se convierte en otro obstáculo insalvable.
Habrá que esperar hasta que el Presidente Barack Obama comience a desarrollar sobre el terreno esas "ideas sobre cómo ayudar a impulsar a Cuba", a las que se refiere su asesor de seguridad. Lo cierto es que nunca antes había habido mejores condiciones nacionales e internacionales para el acercamiento entre las dos naciones.
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