jueves, 18 de septiembre de 2014

Contratación: ¿Se abre o se cierra la puerta?

Por Reynaldo Cruz

Cuando Frederich Cepeda fue fichado por los Yomiuri Giants por casi dos millones de dólares, la gente pensó que la puerta para los cubanos en la Tierra del Sol Naciente se abría de manera definitiva, y que los cubanos invadirían los equipos de la Nippon Professional Baseball como un enjambre de avispas enfadadas atacan a quien se acerca a su territorio y las provoca. Sin embargo, solamente le siguieron Yulieski Gourriel (Yokohama DeNA BayStars), Alfredo Despaigne (Chiba Lotte Marines) y Héctor Manuel Mendoza (Yomiuri Giants). Esto, por supuesto, es de dominio público, aunque en Cuba muy poco se dijo de las cifras.

No obstante, las cosas no salieron como se esperaba, y Cepeda cayó en un slump casi desastroso y terminó además lesionándose, mientras que tanto Yulieski como Despaigne sufrieron también lesiones, aunque ambos están recuperados y bateando muy bien, sobre todo el segundo de los hijos de Lourdes.

El caso de Gourriel es el más excepcional de todos, pues la mayoría de la fanaticada en Cuba pensó que la iba a pasar MUY mal ante el pitcheo nipón, y ha sido precisamente el que mejor lo ha hecho, con promedio de .328 y once batazos de vuelta completa, en apenas un puñado de partidos que junto a los que perdió por la dolencia le impiden la candidatura al Novato del Año.

Despaigne, por su parte, anda por los .279, con ocho pelotas para la calle. El "Caballo de los Caballos" también sufrió una lesión, pero volvió por sus fueros y presenta un promedio bastante decente.

Los números de estos dos jugadores, que son superiores a los de Cepeda (.194, 6HR), han provocado que en los conjuntos que contaron con sus servicios crezca el interés de traerlos de vuelta al año siguiente.

Los Yokohama DeNA BayStars dejaron claro que tienen interés en contar con los servicios de Gourriel el próximo año, algo que sin lugar a dudas llenaría de regocijo a cualquier pelotero o a sus representantes, pues es lo que en las Grandes Ligas llaman "extension" o "re-signing". Claro, que los Chiba Lotte Marines también quieren a Despaigne para la temporada próxima, entonces las cosas van, al menos para este primer experimento, bien. ¿O no?

Resulta que en este caso, es de suponer que los clubes nipones exijan la presencia de los cubanos a tiempo completo, porque nadie quiere pagarle a alguien para que aparezca solamente durante poco más de un tercio de temporada y que encima tenga que abandonar el equipo para cumplir compromisos internacionales, o al menos así está estipulado. Mucho menos, ¿quién está dispuesto a pagarle a un atleta que además de llegar cansado puede lesionarse por el mismo agotamiento o por problemas con la adaptación?

Claro, que los japoneses, ante nada, son japoneses: si pueden sacarle 20 juegos de calidad a un bateador, el que sea, lo harán, sin pensarlo dos veces. Pero estamos hablando de atletas que tendrán un breve receso antes de reincorporarse al juego diario en la Serie Nacional, para luego tener un "descanso" en el que ambos no intervendrán, pues de seguro estarán en la nómina para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz. Tras este descanso, intervendrán con sus equipos en el resto de la primera etapa, y jugarán la segunda, sin importar que Granma o Industriales clasifiquen o no, pues en caso contrario, ambos irán a reforzar otros conjuntos. Las posibilidades de que sean incluidos en el roster del equipo Cuba a la Serie del Caribe son también altas.

Claro, que ya aparecería entonces el primer conflicto. Los peloteros destinados a jugar en la NPB deben reportarse a los entrenamientos en febrero, y es muy probable que con la forma cubana de hacer las cosas, no se les permita a estos jugadores incorporarse a esos entrenamientos, lo que naturalmente podría traer algún conflicto con los interesados o peor, que pierdan el interés. Un equipo profesional de béisbol busca jugadores con los que pueda contar durante todo el año, no jugadores que aparezcan en un período limitado de tiempo, que podría reducirse incluso con una lesión.

¿Qué hacer?

Nos preguntamos hasta qué punto esto pueda afectar el futuro de Yulieski y Despaigne (asumiendo que Yomiuri no quiera repetir con Cepeda o Mendoza) o peor aún, el futuro de las posibles transacciones de peloteros cubanos. La "necesidad" de que jueguen en la Serie Nacional, más que nada, podría comprometer totalmente su futuro, pues el agotamiento podría significar una dolencia que les imposibilite jugar y por tanto perder la oportunidad de contrato.

La razón principal esgrimida para no permitir que los peloteros cubanos jueguen a tiempo completo en una liga extranjera es precisamente el hecho de que entonces los fanáticos cubanos no podrán verlo desarrollarse, como sucede con los que juegan en la MLB. Esto cambiaría drásticamente si a diario se transmitieran resúmenes de los partidos en los que juegan los cubanos, no como se hace actualmente, que si hay algún pelotero cubano involucrado, podemos olvidarnos de ver algún partido de Grandes Ligas… algo que se hace cada vez más difícil, dada la invasión de peloteros cubanos al Big Show.

La realidad es que los atletas cubanos están abandonando la Isla por montones, y lo menos que pueden hacer las autoridades es permitir que esos que no lo han hecho y tengan la oportunidad de jugar en otro país y la voluntad de volver, lo hagan de la forma que sea más conveniente para sus respectivos futuros. De todos modos, creo que la fanaticada no se va a molestar, siempre y cuando los mantengan al tanto de sus respectivos progresos —y de aquellos que juegan en las Grandes Ligas.

Después de todo, ¿cuántos atletas abandonan el país, la gente no vuelve a verlos a no ser gracias a la magia de los "paquetes" y nunca integran la selección nacional? Al menos con estos se puede contar para el Clásico Mundial de Béisbol o para el Premier 12 (estoy en desacuerdo con llevar el equipo principal, y por ende a sus jugadores, a cualquier otra competencia).

No sabemos cómo va a proceder la dirección nacional de béisbol, pero teniendo en cuenta los antecedentes, es muy probable que la decisión que se tome no sea la mejor para el atleta, ni siquiera para el desarrollo del béisbol cubano. Un sistema a modo del satanizado Posting System con que cuenta la NPB para proteger su liga antes de que los peloteros se vayan a las Mayores no vendría mal a los cubanos, abriendo la puerta a los atletas, que serán totalmente independientes de decidir cómo y dónde ser contratados una vez terminado su primer año, y que podrán decidir si juegan o no en la temporada cubana, siempre protegiendo sus carreras profesionales.

Esto, más que nada, serviría de incentivo a los peloteros, pues se sabrán dueños de su futuro y de sus decisiones, después de todo, el talento siempre debe ser premiado, reconocido y esimulado.


 

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