Por JS
Encontré la comunidad entre proyectos tan diferentes como la saga de
Harry Potter y la publicitada y popular serie Juego de Tronos de la
mano de la invisibilidad simbólica. En dos sentidos, Lord Voldemort y
los Hombres sin Rostro me han hecho volver a un asunto que hemos
reiterado en las páginas de A mano y sin permiso.
El que no debe ser nombrado
Voldemort es tan temido por la comunidad mágica que se convierte
cotidianamente en "Quien tú sabes", "el Innombrable" y "El que no debe
ser nombrado". Es el miedo quien trata de invisibilizar, una argucia
débil, que no es capaz de borrar per se la existencia real del otrora
Tom Riddle.
Esta práctica ha sido bien cara, desde otras aristas, a la historia
cubana. A veces por miedo, otras por su contrario: la voluntad de
romper cadenas reales que implicaba conspirar, actuar secretamente por
un ajuste táctico de la valentía. Quien conoce nuestra historia
anterior a 1959, sabe que en un país colonizado a sangre y fuego por
España y luego emergido como nación en un republicanismo puesto en
entredicho por dictadores y asesinos; las alusiones a "quien tú sabes"
y "el innombrable" se hicieron cotidianas.
Después las prohibiciones, el carácter regulador de la política, la
agresividad de los Estados Unidos y la estrategia defensiva cubana,
las manquedades culturales e ideológicas relativizaron estos términos.
"El que no debe ser nombrado" tomó muchas formas, a veces ridículas:
The Beatles, Barry White, los que se fueron, los principales
dirigentes del país; todos ellos, por razones distintas, asumieron esa
condición. En el plano interno, la virulencia de la política
anticubana de las administraciones norteamericanas legitimaron el
papel de los servicios de inteligencia en la estrategia de
resistencia. La idea de la invisibilidad se incorporó culturalmente, y
para muchos se incorporó la creencia de que "cada cubano tiene un
agente asignado" e incluso, muchos somos nuestros propios agentes.
Esta variante de invisibilidad está marcada por la externidad, por el
condicionamiento social, por la necesidad de definirse en una
identidad otra.
Los Hombres sin Rostro
La Casa de Blanco y Negro ubicada en la ciudad libre de Braavos es el
lugar de encuentro de los Hombres sin Rostro. Su cualidad principal es
la propia voluntad de invisibilidad. Puede entenderse entonces, que a
diferencia de Voldemort, está marcada por la superioridad del mundo
interior, por la necesidad de autodefinirse identitariamente en torno
a un objetivo común. Llegan a descartar su verdadera identidad – o lo
pretenden – como enseña Arya Stark cuando se asume como "nadie".
Esto parece exclusivamente cosa de otro tiempo o de otro mundo, como
el de Juego de Tronos. En el nuestro, la gente está demasiado
preocupada por ponerse rostro, y sobre todo, nombres. Pesan los
apellidos, las etiquetas y en ambientes intelectuales, por ejemplo, la
calidad se define por los referentes de autoridad en la materia. Para
algunos, ser leídos y (re)conocidos pasa a ocupar el lugar central.
¿Dónde se verifican las fronteras entre utilidad, impacto y vanidad?
Sobre eso volveremos en otro post. Por ahora, solo quisiera un mundo y
un país con menos permanencias de Voldemort y más hombres sin rostros,
sin nombres; pero que cuenten.
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