viernes, 3 de octubre de 2014

Chávez y Guevara: ¿fuentes de inspiración para científicos cubanos o patrimonio exclusivo del discurso político?

Por Alexei Padilla, especial para ¨La Chiringa de Cuba¨

Hace tres días la conservadora y todopoderosa Rede Globo, difundió para todo Brasil la noticia de que una empresa estatal cubana había creado perfumes en honor a Ernesto Che Guevara y Hugo Chávez. Por primera vez en 7 meses escuchaba una noticia de mi país en un noticiero local.

Con tono burlesco la conductora Cristiane Pelajo, al preguntar a la audiencia si usarían perfumes comunistas, no desvalorizó la iniciativa de los científicos de Labiofam, sino el significado de dos personalidades que inspiraron la producción de ambas aromas.

No me sorprendió tal actitud, porque los medios al servicio de la derecha brasileña parecen especializarse en alabar a los Estados Unidos y Europa, descreditar las luchas de los movimientos sociales y las fuerzas progresistas, perpetuar la ignorancia y la apatía política del pueblo brasilero, y sobre todas las cosas, mantenerlos aislados del resto de América Latina, haciéndoles creer en la supuesta superioridad del gigante Suramericano sobre el resto de sus vecinos.

El incidente de los perfumes, que tras una nota del Consejo de Ministros devino escándalo nacional, debe ser analizado con toda justicia, pues al final, quiénes son los uncidos para delimitar entre lo sagrado y lo profano. Sin dudas, ese sería el pie para un largo debate axiológico para al final concluir que toda opinión o acto tiene una carga fuerte de subjetividad y está influida por la experiencia de cada cual.

En primer lugar, debemos preguntarnos cuál fue la motivación de los científicos de Labiofam para colocar los nombres de Hugo y Ernesto a las fragancias por ellos producidas. ¿Será que tal acción  forma parte de una estrategia de marketing y fue ese el homenaje que quisieron dar a dos figuras excelsas de la historia latinoamericana reciente?

Veámoslo con ejemplos ilustrativos. La figura del Che es fuente de inspiración no solo de políticos, revolucionarios y personas progresistas. Lo es también para muchos artistas, escritores y hasta deportistas en todo el o largo del mundo. Obras de arte alegóricas el Guerrillero Heroico existen en casi todos los rincones del planeta.

¿Será que para la investigación y la experimentación científicas estas figuras no pueden ser fuente de inspiración? Tal vez sea mucho atrevimiento equiparar esa actividad humana a otras igual de necesarias y convencionales como las de los poetas, escultores, pintores y artistas en general.

Si así fuera también estaría errado plantar un jardín de flores rojas y bautizarlo con el nombre de Hugo Chávez, quien siempre llevó consigo prendas de ese color.

Después de la muerte Chávez -como mismo aconteció con la mítica imagen de Korda de 1960-  su imagen está muy presente en camisetas, grafitis, canciones. Incluso fue noticia sonada que en el último congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se estrenó la oración del "Chávez Nuestro", sin que esto  provocara una indignada nota del Vaticano. Me asistiría pensar que los cubanos somos más dogmáticos que la Iglesia.

Los científicos de Labiofam no son artistas ni jardineros, ni quizás tengan la oportunidad de construir discursos llenos de frases alegóricas que hagan conmover a las masas, pero eso no los hace menos sensibles. ¿Por qué su labor abnegada no puede ser su homenaje al Ch2 Guevara a y Chávez?

Decir que un perfume es algo banal, como se puede leer en uno de los comentarios aparecidos al pie de la nota del Consejo de Ministros publicada en la edición digital de Granma, es banalizar también el conocimiento de los especialistas que trabajaron para obtenerlo, eso no es justo.

Tampoco considero equilibradas las voces inquisidoras que llaman a sanciones ejemplarizantes, demociones, despidos y toda una larga lista de excesos. ¿Quién les habrá dado a esos autoproclamados defensores de la fe el derecho de juzgar a los supuestos culpables?

Cuba no darse el lujo de apartar a personas con una alta formación científica, que todavía prefieren estar en su país en lugar de irse a otras tierras en busca de un nivel de vida superior al que una nación pobre y bloqueada puede ofrecerle.

Existen en nuestro país instancias legales para que problemas de propiedad intelectual- uso de nombres en marcas comerciales- sean tratados y resueltos, y no es precisamente el Consejo de Ministros la designada para ello, al menos desde el punto de vista formal.

¿Encontraríamos justo que todo el poder del órgano de gobierno cubano cayese sobre unos pocos ciudadanos, que a los ojos de algunos cometieron un "imperdonable" error? Yo por lo menos, no concuerdo porque eso justificaría la analogía que personas desconocedoras hacen entre el modelo cubano y el de Corea del Norte.

Por otro lado, el Consejo de Ministros afirma hablar en nombre de nuestro pueblo, cuando la mayoría de los ciudadanos no conocieron de la noticia porque esta fue divulgada por medios extranjeros a los que casi nadie tiene acceso. Como nos tienen acostumbrados,  todos los juicios y consideraciones se harán a partir de lo dicho en el estrechísimo marco del poder ejecutivo.

Debo aclarar que no defiendo la utilización de la imagen de cualquier persona o colectivo con fines puramente lucrativos, pero tampoco el problema hasta hoy no resuelto de que los  cubanos en su propia tierra tengan que pagar una bandera cubana, o un pullover del Che al mismo precio que la paga un turista extranjero.

Esto último es algo de lo que también podría ocuparse el Consejo de Ministros, porque primero que guevarianos y chavistas, somos cubanos.

Análisis aparte merece las declaraciones del funcionario sobre el supuesto permiso de los familiares del Che y Chávez para que el perfume llevara sus nombres de pila. Sin embargo, hace mucho tiempo que ambos entraron el corazón y la conciencia de millones de personas, y es por eso que sus imágenes se multiplican por todo el orbe sin pedir previa autorización.

Si una cosa deja claro el "escándalo de los perfumes" es que el Estado cubano es el único designado para el manejo del capital simbólico del pensamiento revolucionario y sus exponentes.

Sería útil entonces promulgar un decreto que regulase la utilización de dicho patrimonio, para no dejar al sentido común de los mortales comunes lo puede llevar el nombre de alguien y lo que no. Eso es mucho mejor que sancionar.

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