Por Fernando Luis Rojas
“(…) lo que podrá sacar a luz
los tesoros de las experiencias y las enseñanzas no será la apología acrítica
sino la crítica penetrante y reflexiva.”.
R. Luxemburgo
Había terminado el anterior post
con una frase macarrónica en que le apuntaba a la UCLV el mérito de “hacerme coincidir ante un problema concreto
con gente con la que no tenía nada que ver”. La borré. Me pareció confusa,
y que ocultaba el hecho del antagonismo entre lo que propone una
organización como Somos+ y la manera
individual en que veo el proyecto colectivo de la Revolución cubana. Al final,
de todas formas, la gente hace sus lecturas y construye sus relaciones de
manera bien libre. La borré por gusto.
Cuatro trabajos me han lanzado a
escribir este nuevo post: Argumentos
de verdaderos revolucionarios, A
una nueva Contra una nueva estrategia revolucionaria, Nuestras razones y Universitaria (este último es
en realidad dos párrafos porque luego reproduce Argumentos
de verdaderos revolucionarios), publicados entre el 18 (Nuestras razones) y el 19 de abril. Paso
por alto los comentarios en las eufemísticamente llamadas “redes sociales”. Por
cierto, BBC y El País llegaron a destiempo, como debía ocurrirles siempre en los
“asuntos cubanos” y latinoamericanos.
Lo primero es que a pesar de las
coincidencias en fechas y el empleo de términos similares no me atrevería a
calificarlos como unidad, son diversos.
Primera tesis: Las reacciones y las críticas ante la expulsión de Karla María
Pérez González también han sido diferentes. Si
responden al “diseño de campaña” de Somos
más –posibilidad que no descarto–, ello no deslegitima todas las posiciones
que denuncian el hecho.
Segunda tesis: Hay dos grandes cortinas de humo sobre el asunto. La
primera, es aquella que disminuye el hecho concreto para situarlo como “una
manifestación más” de “la represión” en Cuba. La segunda, esa que lo aprovecha
para lanzar acusaciones y calificativos –en una nueva temporada– a la manera de
“hipócritas solidarios”, “oportunistas escandalizados”, “egocéntricos cargados
de verdades absolutas”, “ilustrados melancólicos” y “revolucionarios
utilizados”.
En ambos casos, Karla María y su
expulsión pasan a un segundo plano. La joven de 18 años vendría a ser una
pieza, un rehén político de la propia organización a la que pertenece. Siendo
inteligente, sacaría sus conclusiones del asunto.
Como diría un socio, esta cortina
de humo expresa la contradicción de que cuando combates a la contrarrevolución
tienen que oírte en la Plaza; y cuando
criticas y condenas los errores del gobierno cubano deben legitimarse en Diario de Cuba.
Tercera tesis: En la lucha política, las argumentaciones y
razonamientos no tienen efecto retroactivo. ¿De qué sirve “un expediente” de
sus actividades a destiempo? ¿Alguien pensó que a estas alturas el asunto
pasaría silenciosamente? En la línea de mi post anterior, esto no es lucha por
la hegemonía, es autopsia.
Cuarta tesis: Volvemos a la cuestión del Derecho. Sin dudas, es la
principal referencia para defender la permanencia de esta joven en la
Universidad Central de Las Villas. Pero –y mis amigos juristas me matarán– al
Derecho (y los Derechos), de norte a sur y de este a oeste de este mundo loco,
lo hace imperfecto (al menos a su ejercicio) la desigualdad. Recordemos esa
frase genial de la película NO: “usted tiene un sistema [el capitalismo] en
que cualquiera puede ser rico, no todos, cualquiera. No se puede perder cuando
todos apuestan a ser ese cualquiera”. Y esa es la ruptura –que en materia
de Derecho (y los Derechos)– la Revolución cubana no debería permitirse.
Quinta tesis (y Final): Ya se ha dicho varias veces que el
pensamiento de Fidel sería un terreno de disputas en el propio campo que se
proclama “revolucionario”. Ello se manifiesta de forma dramática cuando el
texto de la UCLV Nuestra razones
habla del “concepto de Revolución”. A
manera de botón de muestra, si “Revolución
es sentido del momento histórico”; ¿no tener sentido del contexto es
contrarrevolución? ¿Se entiende?
Epílogo
Pues teniendo en cuenta lo
anterior, yo me mantengo en mis quince: considero un error la expulsión de la estudiante
Karla María Pérez González de la UCLV. Ya mañana me corresponderá discutirle, o
incluso resistirme al linchamiento anunciado a quienes militamos en
organizaciones opuestas. Temerle a eso sería aceptar que no somos nada…
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