miércoles, 18 de enero de 2017

El futuro y la vieja burocracia

Por Carlitos

La concurrencia de excepcionales oportunidades y retos para los cubanos va pasando. Las reformas anunciadas y por anunciar no han ido al ritmo que se esperaba, algunas oportunidades se han desvanecido y el cúmulo de cosas por hacer es inmenso.

Dentro de ese cúmulo de tareas, ¿habrá alguna más importante que otra?, ¿habrá alguna que merezca una mayor prioridad o esfuerzo? No hay razón para detener nada de lo que se está haciendo o estudiando, pero hoy mismo no hay escollo más duro al avance social, al aprovechamiento de las oportunidades, que la vieja burocracia.

Digo vieja burocracia para aclarar que no se trata de toda la burocracia. Aclaro también que no tiene que ver necesariamente con la edad (hay jóvenes que piensan como viejos y personas de experiencia con un pensamiento y una praxis muy joven).

Tenemos funcionarios admirables que, con muy poco, hacen esfuerzos quijotescos por sacar las cosas adelante. Pero hay otra parte de nuestra burocracia que nos niega como proyecto, nos divide, nos hace mucho daño.

Es esa la que promueve la separación de valiosos profesores universitarios, la que define que un joven revolucionario que no está empleado tiene que desactivarse de la UJC, la que dirige medios de comunicación u organizaciones políticas con métodos prehistóricos, la que con el discurso del cambio de los estilos de trabajo termina cambiado muy poco (o nada).

Es esa burocracia la que convierte la voluntad política en un experimento de cinco años, la que es indiferente a que pasen semanas sin que se discutan proyectos claves para el futuro del país, la que propone sin saber y no tiene la honestidad de decir que no sabe, la que no arriesga y calla, la que nombra a sus semejantes porque son los únicos capaces de hacerle la corte, la que utiliza el argumento de la actividad del enemigo para sembrar la duda sobre cada nueva idea.

Necesitamos más inversión extranjera, unificar las monedas, que la empresa estatal despegue y el salario alcance, regular mejor y potenciar el sector cooperativo y privado, dar el salto tecnológico, modernizar nuestras prácticas políticas y espacios de participación, y todo para ayer.

Pero los caminos del diseño e implementación de estas tareas serán más lentos y tortuosos (lo han sido ya) mientras sigamos cargando con un enorme y aferrado sector de la burocracia que no está dispuesto a asumir los costos personales y los miedos a los cambios necesarios.

En los medios de comunicación, las redes y hasta en ciertos espacios de nuestras organizaciones políticas se han despertado expectativas o dudas respecto a 2018, cuando no esté la generación que lideró la Revolución al frente de los principales cargos del gobierno.

¿Acaso la continuidad del proyecto descansa únicamente en la renovación de dos o tres puestos clave? Por muy valiosos que sean los nuevos compañeros, ¿cuánto podrán hacer si no cambia el entramado burocrático del país?, ¿cuánto podrán hacer sabiendo, además, que no cuentan con la autoridad moral que tiene la llamada generación histórica?

Definir el gobierno eficaz como uno de los ejes estratégicos del plan de desarrollo 2030 o limitar el tiempo de permanencia en los cargos son buenos pasos, pero no son suficientes. Cuba debe plantearse una ofensiva contra la vieja burocracia (que no sea conducida por ella misma), una desmitificación del relevo. Más que una renovación generacional, se precisa una renovación de la mentalidad. No es posible el tan cacareado e indispensable cambio de mentalidad si no cambiamos a los portadores de la vieja mentalidad.

De compañeros valiosos he oído decir que la generación histórica cumplió su rol y ahora nos toca a nosotros preservar lo que hicieron. Siempre he discrepado con ello. Una revolución nunca es tal si solo se dedica a preservar algo. Los jóvenes tenemos que continuarla, desbordar sus límites, hacerla nuestra y generar las condiciones para que algún día otros hagan lo mismo. Esa es la única manera de seguir siendo revolucionarios.

Para que ese paso avasallador de los jóvenes signifique continuidad y no ruptura con el proceso emancipador que nos trajo hasta aquí, es preciso declarar la guerra a la vieja burocracia, con mecanismos transparentes, con el apoyo popular y el liderazgo de la generación histórica.

De lo contrario, la vieja burocracia (como ya lo hace) negará todo avance del espíritu primigenio de la Revolución y los jóvenes (como ya lo hacen) emigrarán a otros países o a la individualidad de sus posibles proyectos personales.

La generación histórica aún tiene una gran tarea por delante: despejar el camino a los que vienen atrás, empoderar no a quienes pretenden un limitado mantenimiento de lo logrado, sino a quienes representan el ímpetu y los valores que les llevaron a fundar el proyecto revolucionario de 1959. 

6 comentarios:

  1. No es tarea fácil, porque están en muchos lugares y tienen estudios avanzados de metamorfosis, incluso algunos pudieran no saber todo el daño que hacen aún actuando de buena fé, los más si conocen lo que hacen, pero tratan de alargar cada día su pequeño espacio de poder,

    ES hora de tomar riesgos, porque el desarrollo viene por discontinuidades casi siempre, por salir de la zona de confort.

    Si queremos socialismo próspero y sustentable, es tarea para comenzar ya mismo.

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  2. Bárbara Vasallo escribió que Harold Cárdena, aludido por Carlitos, habrá tenido sus razones para RENUNCIAR a la UJC, pero no se trata de falta de trabajo, ya que está trabajando en El Toque, una publicación digital financiada desde Holanda. Las verdaderas razones sólo las conoce Cárdenas. Tomó una decisión, y está en su derecho, pero no me gusta que haga responsable por ella a la UJC.
    Me parece que no es ocultando los avances que logra la medicina cubana, entre muchos otros éxitos, y armando alboroto por situaciones puntuales pésimamente documentadas por los "antiburocráticos" que se lucha contra la burocratización del Estado y la mentalidad burocrática de cuadros del la UJC o el PCC. Detrás de una conducta burocrática hay una desviación política, una pérdida de confianza en las razones de la Revolución y en la fortaleza del pueblo para defenderlas. Para luchar contra la burocratización hay que seguir al Che, y no a oportunistas que plantean este fenómeno como un producto de la maldad humana que busca poder por el poder mismo.
    Y, las conductas camaleónicas que declaran su amor por la Revolución, por un lado, y por el otro explican en forma retorcida porqué habría que acabar con ella no pueden pretender liderar cambios. El único cambio que seguramente les interesa es el llenado generoso de sus bolsillos.

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  3. Cuan alto debe estar el ego de quien escribe, para creer que con sus recetas se resolverán todos los problemas de Cuba, se acostumbra a hablar en unos términos abstractos que generalizan sin fundamento, Cuba necesita de gentes que trabajen más, y que hablen y critiquen cuando sean ejemplos de haber laborado en la concreta en función de la erradicación de los problemas que señalan, fácil resulta decir cosas sin ninguna responsabilidad, por ejemplo, ¿Qué elementos tienes Carlos Lage, para afirmar que los que proponen no saben nada y carecen de honestidad para decirlo?, de donde sacas la información de que pasan semanas sin que se discutan proyectos claves para el país, tienes por casualidad los cronogramas que se incumplen, qué quieres decir cuando afirmas que “necesitamos modernizar nuestras prácticas políticas”, ¿A qué te estas refiriendo en concreto?

    También afirmas que, los cambios se verán afectados “mientras sigamos cargando con un enorme y aferrado sector de la burocracia que no está dispuesto a asumir los costos personales y los miedos a los cambios necesarios. ¿Quiénes son a los que te refieres, en que sectores y a que niveles se encuentran, que elementos tienes que te permiten asegurar esto?, las generalizaciones sin un sustento objetivo, no permiten apreciar adecuadamente los problemas que se evalúan y restan eficacia a las medidas que se tomen para erradicarlos.

    La burocracia es un mal que afecta al mundo y por ende a Cuba, no es un término abstracto, cuyo significado debes conocer, es cierto que actúa como relentizador de los procesos en que se manifiesta, pero no es el único factor que influye, ni el más importante, el análisis de los problemas que afectan la economía cubana que se reflejan en la sociedad es complejo y no cabe en un comentario, no me creo en capacidad de ejecutarlo con total acierto, no soy egocéntrico, siempre tengo presente que como mismo la demora es mala, el apuro es mortal, por eso Raúl dijo, “sin prisa pero sin pausa” Marco Velazquez

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  4. Cierto que la burocracia no es el único elemento (ni solo está en Cuba), pero si es muy importante, nos hace mucho daño y es en Cuba donde más nos preocupa.
    No obstante si hay elementos para decir que pasan semanas y años sin resultados (si se discuten pero no se encuentran soluciones, es como si no se hiciese nada) en proyectos claves del país. ?Cómo explicar entonces, que algo tan importante como el proyecto Mariel, vaya tan lento? (19 proyectos en dos años es más que muy lento).
    Esto no lo dice solo el autor de este post, lo dice Raúl Castro (revise por favor los últimos discursos en la asamblea nacional, por decir un ejemplo)
    Cambiar la mentalidad, es muy difícil, sobre todo en los tiempos en que más lo necesitamos,
    creo que es contrario a lo que ud. dice
    el apuro es malo, la demora es mortal

    recuerde al poeta cuando dijo
    Siempre vale la agonía de la prisa
    Aunque se llene de sillas la verdad.

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  5. No desconozco el tema del Mariel, ni el de las inversiones, no me hace falta revisar las intervenciones de Raúl, lo que ocurre es que una cosa es que el Mariel se demore solo por la burocracia y otra que la burocracia sea uno de los factores que inciden, la economía no es un juego de deseos, ni responde a caprichos, tiene leyes y factores que inciden, por ejemplo: cuál es el efecto real del bloqueo, según el sitio The Economist Intelligence Unit (E.I.U) (www.E.I.U.com), este centro en su boletín del 15/7/16, considera que de levantarse totalmente el bloqueo el PIB de Cuba subiría un 2%, esto significa mayor liquidez financiera, mejor acceso a mercados, entre otros efectos positivos, en cuanto al apuro y la demora, no basta con citar a los dirigentes, hay que actuar en consonancia con lo que ellos dicen que son los mejores informados, por eso le repito lo que dijo Raúl, “sin prisa pero sin pausa”. Marco Velazquez

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