lunes, 7 de julio de 2014

Releyendo Palabras a los intelectuales

Elier Ramírez Cañedo

Aunque para muchos pueda parecer reiterativo, el paso del tiempo obliga a nuevas relecturas de Palabras a los intelectuales. No son pocos los representantes de las nuevas hornadas de jóvenes que desconocen la trascendencia de aquellos intercambios sostenidos los días 16, 23 y 30 de junio de 1961, en la Biblioteca Nacional, entre la dirección de la Revolución Cubana, en especial su líder histórico Fidel Castro y un grupo de escritores y artistas. "Dentro de la revolución todo, contra la revolución nada", es la frase a la que se recurre en muchos casos como único referente de las memorables Palabras….

En aquellas reuniones que marcarían el destino de la política cultural de la Revolución Cubana, estuvieron entre otros destacados intelectuales: Roberto Fernández Retamar, Alfredo Guevara, Graziella Pogolotti, Lisandro Otero, Pablo Armando Fernández, Lezama Lima y Virgilio Piñera. El más joven era Miguel Barnet, con apenas 21 años. El detonante de la reunión fue la prohibición del documental PM —realmente intrascendente si lo analizamos hoy— por la dirección del ICAIC, pero en realidad la cuestión trascendía a PM. El fantasma del "realismo socialista" provocaba temores en algunos círculos intelectuales y, al mismo tiempo, a la dirección de la Revolución, enfrascada en un proceso de unidad entre las tres fuerzas principales que habían luchado contra Batista: el movimiento 26 de julio, el Partido Socialista Popular (PSP) y el Directorio Revolucionario 13 de marzo, se le hacía imperioso extender también ese proceso al terreno de los escritores y artistas cubanos, donde existían no pocos conflictos y divisiones. El intercambio dio su primer fruto con la creación de la UNEAC en agosto del propio año, al celebrarse el Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas.

El alcance de las Palabras… de Fidel está también en el contexto en que fueron pronunciadas. La Isla acababa de derrotar una invasión mercenaria en abril del 61 y permanecía movilizada para la guerra. El presidente J.F. Kennedy había sufrido la principal derrota de su carrera política y era evidente que buscaría el desquite. En noviembre de ese año el presidente norteamericano aprobó la operación Mangosta, el plan subversivo más grande orquestado contra Cuba desde Washington, que debía culminar con la intervención directa en la Isla, de las Fuerzas Armadas de los EE.UU. en octubre de 1962. Existían bandas armadas en distintas zonas montañosas del país y los planes de atentados contra la vida de los dirigentes de la Revolución seguían su curso. La lucha interna de clases en Cuba estaba en pleno apogeo y la guerra psicológica hacía sus estragos, en especial a través de la llamada operación Peter Pan.[1] Es en medio de ese contexto de guerra abierta y encubierta contra Cuba, que el líder de la Revolución dedica una buena parte de su tiempo a los problemas de la cultura. Durante tres días, escucha pacientemente las preocupaciones y reclamos de los escritores y artistas, hasta que finalmente el día 30 pronuncia las históricas palabras.

Ello es una muestra fehaciente de cómo la cultura estuvo desde los propios inicios en el corazón mismo del proyecto revolucionario cubano. La Revolución, para poder sobrevivir y avanzar tenía que ser por sobre todas las cosas un hecho cultural. No se trataba solo de la toma del poder político, sino de la creación de una nueva cultura, de la creación de un hombre nuevo. De ahí que la institucionalidad de la cultura comenzara a crearse desde 1959. Por eso, al llegar el año 1961 ya existía, entre otras instituciones, Casa de las Américas y el ICAIC. Además, el país se encontraba inmerso en la Campaña de Alfabetización. Es esta acelerada revolución cultural la que explica que en un país como Cuba, donde el anticomunismo se había inoculado hasta el cansancio, se pudiera, en tan corto tiempo, declarar el carácter socialista de la Revolución, y que, cuando los milicianos fueran a las arenas de Playa Larga y Playa Girón, lo hicieran no solo con el objetivo de enfrentarse a una invasión mercenaria, sino dispuestos a morir en la defensa del socialismo.

Cuando uno analiza esto, le es muy fácil entender entonces, por qué en los más difíciles años del Período Especial Fidel plantea que lo primero que había que salvar era la cultura. Y es que en la cultura ha estado siempre la clave de la resistencia y sobrevivencia de la Revolución frente al poder global del capitalismo liderado por la potencia imperialista del Norte, incluso, en los momentos del derrumbe del campo socialista, cuando muchos de nuestros adversarios pensaban que el "efecto dominó" terminaría con el desafío cubano.

Fidel dedica una buena parte de sus Palabras… a despejar la duda sobre una posible variante tropical en Cuba del "realismo socialista": "Permítanme decirles, en primer lugar, que la Revolución defiende la libertad; que la Revolución ha traído al país una suma muy grande de libertades; que la Revolución no puede ser por esencia enemiga de las libertades; que si la preocupación de algunos es que la Revolución va asfixiar su espíritu creador, que esa preocupación es innecesaria, que esa preocupación no tiene razón de ser". [2] Más avanzada la intervención expresa: "La Revolución no puede pretender asfixiar el arte o la cultura cuando una de las metas y uno de los propósitos fundamentales de la Revolución es desarrollar el arte y la cultura, precisamente para que el arte y la cultura lleguen a ser un patrimonio real del pueblo". [3]

Palabras a los intelectuales en 1961, han sido en diversas oportunidades  manipuladas o leídas de forma fragmentada. Lo frase que más se descontextualiza es cuando Fidel exclama: "dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada", [4] tratando de darle a esta un viso excluyente, cuando se trata de todo lo contrario. Está claro que, sin una lectura completa del discurso, puede surgir la incógnita de cómo definir y hasta dónde, el "dentro" y "el contra". Mas Fidel responde de manera magistral esa interrogante  —y me parece la frase más importante y a la vez menos citada de ese discurso—:"La Revolución solo debe renunciar a aquellos que sean incorregiblemente reaccionarios, que sean incorregiblemente contrarrevolucionarios". [5] Con esta expresión estaba diciendo que podían existir, incluso, contrarrevolucionarios corregibles y que la Revolución debía aspirar a sumarlos al proceso. Además, que todos aquellos escritores y artistas honestos, que sin tener una actitud revolucionaria ante la vida tampoco eran contrarrevolucionarios, debían tener derecho y las oportunidades de hacer su obra dentro de la Revolución. "La Revolución debe tener la aspiración de que no sólo marchen junto a ella todos los revolucionarios, todos los artistas e intelectuales revolucionarios —dice Fidel— (…) la revolución debe aspirar a que todo el que tenga dudas se convierta en revolucionario (…) la Revolución nunca debe renunciar a contar con la mayoría del pueblo". [6]

Este es otro de los pasajes más relevantes de las Palabras… en medio de aquellas circunstancias tan complejas y tensas, de peligro para la patria. En ellas solo puede encontrarse un tono y sentido totalmente inclusivo, antidogmático, alejado de cualquier tipo de sectarismo. Como en juicio docto ha señalado Fernando Martínez Heredia: "Yo veo la trascendencia de Palabras a los intelectuales en el conjunto de la intervención de Fidel y en los objetivos que tuvo, más que en la frase famosa. A mi juicio, esa frase atendía a lo esencial de aquella coyuntura, y no al propósito imposible de enunciar en un principio general permanente de política cultural". [7]

Asimismo, Fidel esboza toda una serie de ideas para beneficiar a los artistas y escritores  cubanos y estimular que su espíritu creador encontrara las mejores condiciones para desarrollarse. También sobre la promoción del arte y la literatura entre las grandes masas de la población. "La Revolución significa, precisamente, más cultura y más arte", [8] enfatiza en los momentos finales del discurso.

Sin duda, esta intervención de Fidel marcó de alguna manera lo que podemos considerar los principios fundamentales de la política cultural de la revolución. Que en los años 70 hubo distorsiones y errores, eso nadie lo puede negar, pero por suerte luego se rectificaron muchas de aquellas prácticas y se recuperó el camino trazado por Palabras a los intelectuales. Este discurso definió la originalidad y herejía de la Revolución también en el campo cultural, frente a las experiencias socialistas precedentes. Permitió que la cultura en Cuba alcanzara tales grados de democratización, que trascurridos 53 años, podemos enorgullecernos diciendo que constituye una de las principales conquistas de la Revolución Cubana.

Por otro lado, habría que decir que Palabras a los intelectuales fue solo el comienzo de lo que sería un diálogo permanente y abierto, entre el líder de la Revolución con los artistas y escritores cubanos, siendo él mismo uno de los más brillantes exponentes de la intelectualidad cubana. En aquel junio de 1961, se confirmó que, una vez más en la historia de Cuba, la vanguardia política y la vanguardia intelectual volvían a ser la misma cosa.

NOTAS

[1] La conocida como Operación Peter Pan fue una de las más secretas y siniestras operaciones de guerra psicológica organizada por el gobierno de los EE.UU. contra la Revolución Cubana, al manipular el tema de la patria potestad de los padres cubanos sobre sus hijos. Su principal ejecutor en coordinación con el gobierno de EE.UU. fue el cura de origen irlandés Bryan O. Walsh. Por esta vía salieron de Cuba un total de 14 048 niños, muchos de ellos nunca volvieron a encontrarse con su padres.

[2] Palabras a los intelectuales, Casa Editora Abril, La Habana, 2007 (cuarta edición), p.12

[3] Ibídem, p.17.

[4] Ibídem, p.16.

[5] Ibídem, pp.15-16

[6] Ibídem, p.15.

[7] Fernando Martínez Heredia, "Cincuenta Años de Palabras a los intelectuales", Cubarte, 30 de junio de 2011.

[8] Palabras a los intelectuales, Ob.Cit, p.35



 

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viernes, 4 de julio de 2014

Cuba, Estados Unidos: Algo se está moviendo

4 julio 2014 | +

En el libro que acaba de publicar sobre sus experiencias como secretaria de Estado durante el primer mandato (2008-2012) del presidente estadounidense Barack Obama, titulado Decisiones difíciles (1), Hillary Clinton escribe, a propósito de Cuba, algo fundamental: "Al terminar mi mandato, le pedí al presidente Obama que reconsiderase nuestro embargo contra Cuba. No cumplía ninguna función y obstaculizaba nuestros proyectos con toda América Latina."

Por primera vez, una personalidad que aspira a la presidencia de Estados Unidos afirma públicamente que el bloqueo impuesto por Washington –¡desde hace más de cincuenta años!– a la mayor isla del Caribe no cumple "ninguna función". O sea, no ha permitido doblegar a ese pequeño país a pesar del gran sufrimiento injusto que le ha causado a su población. Lo fundamental en la constatación de Hillary Clinton son dos aspectos.

Primero, rompe un tabú diciendo en voz alta lo que desde hace tiempo todos saben en Washington: que el bloqueo no sirve para nada. Y segundo, más importante, declara esto en el momento en que arranca su trayectoria hacia la candidatura demócrata a la Casa Blanca; es decir, no teme que esa afirmación –a contracorriente de toda la política de Washington hacia Cuba en el último medio siglo– constituya un obstáculo para ella en la larga batalla electoral que tiene por delante hasta las elecciones del 8 de noviembre de 2016.

Si Hillary Clinton sostiene una postura tan poco convencional es, en primer lugar, porque asume el desafío de responder sin temor a las duras críticas que no dejarán de formularle sus adversarios republicanos, ferozmente hostiles a todo cambio de Washington con respecto a Cuba. Y, en segundo lugar, y sobre todo, porque no ignora que la opinión pública estadounidense ha evolucionado sobre ese tema y es hoy "mayoritariamente" favorable al fin del bloqueo.

Al igual que Hillary Clinton, un grupo de unos cincuenta importantes empresarios (2), ex altos cargos estadounidenses de distintas tendencias políticas e intelectuales, sabiendo que el presidente de Estados Unidos no posee la facultad de levantar el embargo, que no depende del Gobierno sino de una mayoría cualificada de demócratas y republicanos en el Congreso, acaban de pedirle a Obama, en una carta abierta (3), que utilice las prerrogativas del poder ejecutivo para introducir "cambios más inteligentes" en su relación con Cuba y se acerque más a La Habana en un momento en el que, señalan, la opinión pública es favorable a ello.

En efecto, una encuesta realizada en febrero pasado por el centro de investigación Atlantic Council afirma que el 56% de los estadounidenses quiere un cambio en la política de Washington con La Habana. Y, más significativo, en Florida, el Estado con mayor sensibilidad hacia este tema, el 63% de los ciudadanos (y el 62% de los latinos) también desea el fin del bloqueo (4). Otro sondeo más reciente, realizado por el Instituto de Investigación Cubano de la Universidad Internacional de Florida, demuestra que la mayoría de la propia comunidad cubana de Miami (5) pide que se levante el bloqueo a la isla (un 71% de los consultados considera que el embargo "no ha funcionado", y un 81% votaría por un candidato político que sustituyese el bloqueo por una estrategia que promoviera el restablecimiento diplomático entre ambos países) (6).

Y es que, contrariamente a las esperanzas que surgieron después de la elección de Barack Obama en noviembre de 2008, Washington ha mantenido una suerte de inmovilismo en sus relaciones con Cuba. Justo después de asumir su cargo de presidente, Obama anunció –en la Cumbre de las Américas, celebrada en Trinidad y Tobago, en abril de 2009– que le daría a las relaciones con La Habana un "nuevo rumbo".

Pero se limitó a gestos poco más que simbólicos: autorizó que los estadounidenses de origen cubano viajasen a la isla y enviasen cantidades acotadas de dinero a sus familias. Después, en 2011, adoptó nuevas medidas, pero también de escaso alcance: permitió que grupos religiosos y estudiantes viajaran a Cuba, consintió que los aeropuertos estadounidenses acogieran vuelos chárter a la isla y amplió el límite de las remesas que los cubano-estadounidenses podían transferir a sus parientes. Poca cosa en relación con el formidable contencioso que separa a los dos países.

Entre los diferendos, está el caso de "los Cinco" (7) que ha conmovido a la opinión pública internacional (8). Esos agentes de inteligencia cubanos, detenidos en Florida por el FBI en septiembre de 1998 cuando realizaban misiones de prevención contra el terrorismo anticubano, fueron condenados en un juicio político típico de la Guerra Fría (auténtico linchamiento jurídico) a altas penas de prisión.

Condenas tanto más injustas cuanto que "los Cinco" no cometieron ningún acto de violencia, ni procuraron información sobre la seguridad de Estados Unidos. Lo único que hicieron, corriendo riesgos mortales, fue prevenir atentados y salvar vidas humanas. Washington no es coherente cuando dice combatir el "terrorismo internacional" y sigue auspiciando en su propio territorio a grupos terroristas anticubanos (9). Sin ir más lejos, el pasado abril, las autoridades de la isla detuvieron a un nuevo grupo de cuatro individuos, vinculados a Luis Posada Carriles (10), venidos una vez más de Florida con la intención de cometer atentados.

Tampoco hay coherencia cuando acusan a "los Cinco" de actividades antiestadounidenses que jamás existieron, mientras Washington sigue empeñado en inmiscuirse en los asuntos internos de Cuba y en fomentar un cambio de sistema político.

Lo acaban de volver a demostrar las recientes revelaciones sobre el asunto "ZunZuneo" (11), esa falsa red social que una agencia del Departamento de Estado (12) creó y financió ocultamente entre 2010 y 2012 con la intención de provocar en la isla protestas semejantes a las de las "revoluciones de colores", de la "primavera árabe" o de las "guarimbas" venezolanas, para exigir después, desde la Casa Blanca o el Capitolio, un cambio político. Todo esto demuestra que Washington sigue teniendo hacia Cuba una actitud retrógrada, típicamente de Guerra Fría, etapa que terminó hace un cuarto de siglo…

Semejante arcaísmo choca con la postura de otras potencias. Por ejemplo, todos los Estados de América Latina y del Caribe, cualesquiera que sean sus orientaciones políticas, han estrechado últimamente sus lazos con Cuba y denuncian el bloqueo.

Esto se pudo comprobar, el pasado enero, en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) reunida precisamente en La Habana. Washington sufrió un nuevo desaire el mes pasado, en Cochabamba (Bolivia), durante la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuando los países latinoamericanos –en una nueva muestra de solidaridad con La Habana– amenazaron con no acudir a la próxima Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en 2015 en Panamá, si Cuba no es invitada a participar.

Por su parte, la Unión Europea (UE) decidió, el pasado febrero, abandonar la llamada "posición común" con relación a la isla, impuesta en 1996 por José María Aznar, en ese momento presidente del Gobierno de España, para "castigar" a Cuba rechazando todo diálogo con las autoridades de la isla. Pero resultó estéril y fracasó.

Bruselas lo ha reconocido y ha dado inicio ahora a una negociación con La Habana para alcanzar un acuerdo de cooperación política y económica. La UE es el primer inversor extranjero en Cuba y su segundo socio comercial. Con este nuevo espíritu, varios ministros europeos ya han visitado la isla. Entre ellos, en abril pasado, Laurent Fabius –primer canciller francés que realiza una visita a la nación caribeña en más de treinta años–, quien declaró que buscaba "promover las alianzas entre las empresas de nuestros dos países y apoyar a las sociedades francesas que deseen desarrollar proyectos o establecerse en Cuba" (13).

Y es que, contrastando con el inmovilismo de Washington, muchas cancillerías europeas observan con interés los cambios que se están produciendo en Cuba, impulsados por el presidente Raúl Castro, en el marco de la "actualización del modelo económico" y en la línea definida en 2011 en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que representan transformaciones muy importantes en la economía y en la sociedad. En particular, la reciente creación de la Zona Especial de Desarrollo en torno al puerto de Mariel así como la aprobación, el pasado marzo, de una nueva Ley de Inversión Extranjera suscitan un gran interés internacional.

Las autoridades consideran que no existe contradicción entre el socialismo y la iniciativa privada (14). Y algunos responsables estiman que esta última (que incluiría las inversiones extranjeras) podría abarcar hasta el 40% de la economía del país, mientras el Estado y el sector público conservarían el 60%. El objetivo es que la economía cubana sea cada vez más compatible con la de sus principales socios en la región (Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia), donde coexisten sector público y sector privado, Estado y mercado.

Todos estos cambios subrayan, por contraste, el empecinamiento de la Administración estadounidense, autobloqueada en una posición ideológica de otra época. Aunque, como hemos visto, cada día son más numerosos aquellos que, en Washington, admiten que esa postura es errónea y que, en la política hacia Cuba, es urgente salir del aislamiento internacional. ¿Los escuchará el presidente Obama?


 

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Descemer Bueno responde a las acusaciones del peruano Pelo D’Ambrosio

Ocio Latino.- Lleva ocho conciertos actuando junto a Enrique Iglesias, compartiendo escenario y cantando la canción de su autoría, 'Bailando', un éxito fresco que ha servido como primer corte musical para el lanzamiento del álbum 'Sex and Love', décimo trabajo del cantante español.

Descemer Bueno es un cantante, compositor y productor cubano que lleva más de 20 años en el mundo de la música.'Bailando' no es el primer éxito musical que consigue, pero sí el más mediático y ahora muchos artistas quieren hacer colaboraciones con el autor de la canción que ha conseguido más de 15 millones de visitas en Youtube y ubicarse como número uno en 23 países durante 14 semanas consecutivas, todo un récord.

Ocio Latino.- ¿'Bailando' te está ofreciendo el máximo de popularidad de tu carrera hasta el momento?
Descemer Bueno.-
No lo puedo negar. Trabajar con Enrique Iglesias y especialmente en 'Bailando' me ha servido de mucho, aunque ya hemos trabajado juntos en otras canciones como 'Cuando me enamoro', 'Lloro por ti', 'No me digas que no', 'El perdedor' y muchísimas otras que no están grabadas. Que 'Bailando' haya tenido tanto éxito ha supuesto que más artistas quieran trabajar conmigo.

O.L.-¿Y es difícil trabajar entre dos?

D.B.- No, a mi me gusta trabajar con compañeros de la música y más con Enrique que somos amigos desde hace años. En esta canción, por ejemplo, yo he puesto la melodía y la mayor parte de la letra, pero Enrique ha puesto su gancho personal, eso que le diferencia, especialmente cuando dice "Bailandooo, Bailandooooo,…".

O.L.- Muchos conocemos ahora tu sólida trayectoria
D.B.-
Es normal, aunque yo vengo trabajando desde mucho más atrás. Desde que me gradué en el conservatorio como guitarrista clásico y mi trabajo como profesor de música en la Universidad de Stanford. Compuse y canté con el grupo Yerbabuena y tuvimos éxito en Estados Unidos, pero además he compuesto para otros artistas.

O.L.-¿Y con esa carrera tan sólida, cómo te afecta que en Perú el cantautor Pelo D'Ambrosio te acuse diciendo que 'Bailando' ha copiado parte de su canción 'Lejos de ti'?
D.B.-
He escuchado mucha música de Brasil, Argentina o Venezuela, uno se enriquece escuchando música de otros países, pero nunca escuché música de Perú, Ecuador o Bolivia, pero porque por desgracia no llegaban hasta Cuba.
Entonces me parece un poco injusto que un señor que es totalmente desconocido en Cuba y América Latina haga esta acusación.

O.L.-Pero pudiste escucharla por Internet o en tu estancia en Miami.
D.B.-
Pero si no uso Internet y soy muy malo para escuchar discos, oigo solo lo que me interesa. Por eso me molestó mucho la manera en que ese señor se manifestó, no hay ninguna ley en la que pueda basarse para esa acusación. Y en cualquier caso induce para que pueda ser acusado, a nosotros nos pareció una falta de respeto.

O.L.-¿A nosotros? ¿A Enrique Iglesias y a ti?
D.B.-
A Enrique, a mi y a más gente. Y bueno, me tocó tener que escuchar la canción de ese señor, y me disgustó más, pues las canciones son como la noche y el día.
Mi canción hace bailar y la de él te deprime, es una canción down, que contiene solo tres notas que las repite constantemente, yo jamás haría una composición así.
Me parece que el señor peca de ignorancia, lamentablemente molesta a otras personas que venimos trabajando toda la vida con mucha dignidad y hace que uno se sienta mal.
Si viniera de alguien que es muy conocido diría que puede ser envidia, por el éxito de la canción, pero ¿Qué puedo pensar de un señor desconocido que no sé en qué momento de su vida se encuentra?.

Descemer Bueno vive entre Cuba y Miami, tiene 42 años, ha compuesto también para Ana Torroja y Fonseca. Grabará además con Jorge Villamizar del grupo Bacilos, Oscar D'León, Julieta Venegas y próximamente con Estopa.
Ha recibido un Premio Goya por la coautoría de la banda sonora de la película 'Habana Blues', un Grammy Latino como compositor del tema 'Cuando me enamoro' que interpretaron Juan Luis Guerra y Enrique Iglesias, además de varios premios ASCAP. / Entrevista JLS


 

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jueves, 3 de julio de 2014

Los otros terremotos que hundieron Haití

Diez años de ocupación


"Desde el primer momento que la Minustah puso un pie en tierra haitiana, sus tropas han violado de forma sistemática los derechos humanos". Lo dice Monica Riet, uruguaya, que el pasado 6 de mayo se encontraba en Puerto Príncipe como militante de la Coordinadora latinoamericana por la retirada de las tropas de la Minustah, la misión de Na­cio­nes Unidas por la Estabi­liza­ción de Haití. "Es un genocidio silencioso que va más allá de la ocupación militar", añadía indignada por la participación de tropas uruguayas en la operación militar de la ONU.

La epidemia de cólera iniciada en uno de sus cuarteles a finales de 2010, que se ha cobrado ya más de 8.500 víctimas mortales y más de 700.000 casos de contagio, junto con las numerosas denuncias de agresiones sexuales, la militarización de los barrios populares o su participación en numerosos actos de represión sobre la sociedad civil, se cuentan entre los muchos motivos del rechazo mayoritario a la presencia de estas tropas extranjeras en el país.

Desde las elecciones de 2000, en las que Jean-Bertrand Aristide volvió a la presidencia tras unos comicios contestados por igual por la sociedad civil haitiana y por la comunidad internacional, Haití había vivido numerosas movilizaciones contra el Go­bierno, que derivaron en una fuerte escalada de violencia entre 2003 y 2004. Entre otros, grupos paramilitares financiados desde EE UU avivaron el conflicto hasta la intervención internacional. En febrero de 2004, el presidente Aristide volvía a dejar el país, de forma involuntaria, en un avión estadounidense. Tropas de EE UU, Canadá, Francia y Chile llegaban al país al día siguiente, precediendo el despliegue de la Minustah pocos meses más tarde. Una década después, la Minustah sigue en Haití, con tropas y policías de 50 países, principalmente latinoamericanos y asiáticos, bajo el liderazgo de Brasil.

La presencia de tropas extranjeras en Haití es tan sólo una de las múltiples injerencias políticas y económicas que ha sufrido el país en los dos últimos siglos. La devastación que provocó el terremoto de enero de 2010 no se puede entender sin esas injerencias. Beverly Bell, militante pro derechos humanos de Nueva Orleans, lo describe sin rodeos: "La astronómica destrucción en Haití puede ser rastreada hasta la violencia estructural, las políticas y sistemas que reflejan el colonialismo, imperialismo, racismo y patriarcado, y que se sienten de forma áspera y marcada en las vidas de los más pobres". Polí­ticas que han continuado después del seísmo, ejemplificando nítidamente lo que Naomi Klein llamó "capitalismo del desastre".

Tras el desastre, el negocio

El terremoto provocó más de 217.000 víctimas mortales y 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar. Los costes y pérdidas causadas por el seísmo se estiman en 7.800 millones de dólares, equivalente a más del 120% del PIB haitiano de 2009. Pero más allá del nivel de desembolso prometido –alrededor del 60% en los dos primeros años– y de la eficacia de esa ayuda, otra maquinaria se puso en marcha: la del negocio que ofrecía la reconstrucción. Lo que el embajador de EE UU en Haití llamó "la carrera por el oro".

No se equivocaba. Entre 2010 y 2012, tan sólo el 1,3% del valor contractual de los proyectos de la USAID fueron concedidos a contrapartes haitianas, según el Centro de Investigaciones Económicas y Polí­ticas. De las inversiones de USAID en Haití en 2013, más del 85% fueron a empresas y ONG norteamericanas. La Unión Europea sigue un patrón similar: en 2010 y 2011, el 76,7% del valor de los contratos de EuropeAid en Haití fueron para empresas europeas.

En el negocio de la reconstrucción destacan además los proyectos vinculados a lo que el Gobierno de Michel Martelly ha bautizado como "Haití: open for business".

Abierto a los negocios

Amparada por los Clinton, la estrategia "abierto a los negocios" se ha dotado de una serie de apoyos institucionales entre los que destacan el Centro de Promoción de Inver­siones y el Consejo Presidencial Asesor sobre Crecimiento Econó­mico e In­versión en Haití, del que forma parte el expresidente José Ma­ría Aznar.

Ejemplos de cómo se está gestionando la reconstrucción son la minería, el turismo y la industria textil. Las reservas mineras de Haití, fundamentalmente de oro, han levantado interés entre empresas canadienses y de EE UU. Éstas han desembarcado ya en el país con la ayuda del Banco Mundial, que apoya financieramente y ayuda a redactar la nueva ley de minería. Sin información ni consultas a la población, han empezado ya las exploraciones en el norte del país, no sin resistencia de la población, que se empieza a organizar frente a esta nueva amenaza. En el sector turístico se han financiado con fondos para la reconstrucción, privados y públicos, numerosos hoteles y proyectos. Uno de ellos ha sido la construcción del primer hotel de cinco estrellas de la capital haitiana, Royal Oasis, con fondos de la Bush Clinton Haiti ­Fund recaudados para la reconstrucción del país y gestionado por la cadena española Occidental Hoteles. El Banco Mundial acaba de otorgar 45 millones de dólares para desarrollo turístico y está cofinanciando la construcción de otro hotel de lujo junto con la cadena hotelera Marriot. Vene­zuela, con fondos de Petroc­a­ribe, es uno de los financiadores del proyecto turístico de Île-à-Vache, fuertemente contestado por la población afectada.

En el ámbito de la industria, la estrategia es la construcción de, al menos, diez nuevas zonas francas industriales. Algunas de ellas como la de Caracol, en el norte del país, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros fondos para la reconstrucción. Haití cuenta ya con más de 30 fábricas, principalmente textiles, que gozan de condiciones favorables para la exportación a EE UU, ya que no pagan aranceles. Se­gún Mirlen Joanis, del Centro de Promoción de Mujeres Obreras, "las condiciones de trabajo son degradantes y a menudo se dan casos de acoso sexual en los lugares de trabajo, a lo que hay que añadir la violación sistemática de las leyes que marcan las condiciones laborales", incluyendo la prohibición de la práctica de organización sindical.

Allí se cosen productos para empresas como Levi's o Fruit of the Loom, que en 2009 presionaban al Gobierno haitiano, con la ayuda de la Administración de EE UU, para mantener el salario mínimo en poco más de 80 gourdes al día (1,2 euros). Las movilizaciones masivas de las trabajadoras consiguieron arrancar entonces una subida de 200 gourdes al día (3,6 euros). Ante el mísero incremento en 2013 de 25 gourdes (menos de medio euro), las trabajadoras de las zonas industriales de Puerto Príncipe iniciaron nuevas movilizaciones. Reclaman un salario mínimo de al menos 500 gourdes al día (8,3 euros) y derecho a la seguridad social. La cesta mínima de comida tiene un coste de 429 gourdes, y el coste de vida (incluyendo vivienda, transporte y otros gastos) está por encima de los 1.000 gourdes al día.

Presumir de salarios bajos

De hecho, el Gobierno haitiano presume públicamente de tener salarios más bajos que México, República Dominicana, India o incluso China y Paquistán, y tan sólo unos céntimos de dólar por encima de Bangladesh o Camboya, por más horas anuales de trabajo. Presumen también de ofrecer condiciones excepcionales a las empresas inversoras: 0% de impuestos sobre los beneficios, 0% sobre las ventas y 0% de impuestos añadidos. Unas condiciones que se repiten para las empresas turísticas que inviertan en el país. Según el propio FMI, dichas exenciones se deberían revisar para incrementar los ingresos fiscales del Estado, pero siempre "sin poner en peligro el interés de las empresas inversoras".

Para Nixon Boumba, activista del Movimiento Democrático Popular, "la reconstrucción en Haití se ha convertido en una vasta operación de capitalismo del desastre, que no busca socorrer a las víctimas, sino servirse de las víctimas y de la catástrofe para hacer beneficios".

Cronología

 

Colonización española (1492 - 1695). Los españoles exterminaron a la población indígena, los taínos, e iniciaron la trata de esclavos y explotación de recursos naturales.

Colonización francesa (1695 - 1803). Los franceses intensifican la trata de esclavos (llegan unos 400.000) e imponen la cultura de la plantación, iniciando el proceso de deforestación.

La deuda de la independencia (1825). Francia impone una indemnización de 150 millones de francos-oro (reducido más tarde a 60 millones) a Haití por los daños tras la independencia.

Ocupación de EE UU (1914 - 1935). Estados Unidos ocupa Haití para tomar control de su banco central y relanza la cultura de la plantación (y la deforestación).

François y Claude Duvalier (1957 - 1986). François Duvalier y, tras él, su hijo Jean Claude gobiernan con mano de hierro Haití con la complicidad de EE UU y el apoyo del FMI y el Banco Mundial.

Golpe contra Aristide (1991 - 1994). En septiembre de 1991, un golpe de Estado, apoyado desde Estados Unidos, derroca a Jean-Bertrand Aristide ocho meses después de ser elegido. La Junta Militar hace de­saparecer al menos a 5.000 personas. Aristide retorna al país en 1994 bajo las condiciones impuestas por EE UU.

El reinado del FMI (1980 - 2014). Desde 1980, el Fondo Monetario Internacional ha impuesto en Haití programas de ajuste estructural con medidas como liberalización comercial, desregulación laboral, eliminación de impuestos para empresas extranjeras, privatización de servicios y empresas públicas.

Última ocupación (2004 - 2014). La Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) mantiene una ocupación que suma múltiples denuncias por violaciones de derechos humanos.


 

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Un lustro de lucha contra la corrupción

Fernando Ravsberg

La Contraloría General de la República cumple 5 años de existencia y el aniversario se celebra junto con el juicio más importante de corrupción, donde se solicitan duras penas de prisión para destacados empresarios extranjeros y altos funcionarios cubanos.

El nombramiento de Gladys Bejerano al frente de la CGR dijo poco a la mayoría de los cubanos pero despertó las alarmas de muchos políticos que trataron de influir sobre el Presidente Raúl Castro para evitar que la convirtiera en "zarina" de la anticorrupción.

Tras un lustro de actividad ya todos los demás empezamos a comprender los resquemores del funcionariado. La Sra. Bejerano ha mandado a la cárcel a ministros, viceministros, gerentes, directores, administradores, empresarios extranjeros y muchos "hijos de papá".

Señales no faltaron, incluso el Presidente Raúl Castro advirtió en un discurso público que ningún cubano debería creer que está por encima de la ley, en un mensaje que llevaba como claro destinatario a la clase dirigente y a sus familiares.

La CGR era imprescindible para combatir la corrupción interna, un cáncer que había hecho metástasis en todo el cuerpo de la nación, al punto de que el propio Fidel Castro sintió la necesidad de advertir que la revolución podía destruirse a sí misma.

A pesar de la escasa información que se brinda sobre la lucha anticorrupción, este quinquenio deja claro que el flagelo es tan inmune a la formación ideológica de los cuadros políticos y de gobierno como a la ética empresarial de algunos millonarios extranjeros.

Los elementos que facilitan la corrupción

Cierto que no es problema exclusivo de Cuba pero en la isla tiene una larga tradición, hasta Fulgencio Batista decía en 1951 que el peculado era uno de los 3 grandes problemas del país y que "la crisis no existía porque se cometieran delitos, sino porque quedaban impunes".

Nada ni nadie podrá evitar que algunos se corrompan pero hay elementos que lo facilitan. Un buen caldo de cultivo son la excesiva centralización, la falta de control, la poca transparencia, la carencia de una prensa fiscalizadora y los mecanismos burocráticos.

El gobierno promueve cambios en todos esos campos pero avanza con mucha lentitud. Los propios ministerios van soltando a regañadientes sus empresas y la apertura de cooperativas para sustituir algunas de ellas se aprueban a paso de tortuga.

La enorme cantidad de empresas en manos del gobierno repercute directamente en la falta de control sobre ellas y en la necesidad de mantener un aparato burocrático gigantesco, armado de mecanismo que, muchas veces, generan más dificultades que soluciones.

Se crean empresas para manejar a otras empresas como es el caso de las importadoras, las que alejan al cliente final del proveedor y generan un escalón más de posible corrupción. Los presos y destituidos en estos lugares dan testimonio de que a veces es peor el remedio que la enfermedad.

Y como el Estado no pude ser juez y parte, la fiscalización de todas estas actividades se hace muy difícil. En una empresa de alimentos que conozco el ministerio del cual depende avisa con semanas de antelación sobre la inspecciones "sorpresa" que prepara.

Tampoco se avanza mucho en el tema de la transparencia, imprescindible si se pretende que la población participe de alguna forma en la lucha contra la corrupción. Cuando la gente no puede exigir información a los funcionarios se crean zonas de sombra que facilitan los delitos.

La prensa podría transparentar mucho pero los pasos que se han dado aún son mínimos. Los funcionarios siguen creyendo que la pueden manejar a su antojo, hace apenas unos días un periódico denunciaba que el director de un hospital pretendió prohibirles escribir.

El trabajo de la Contraloría durante estos 5 años ha sido muy meritorio pero el cáncer renacerá una y otra vez si la lucha contra la corrupción no se acompaña de otras transformaciones sociales, económicas y políticas en la nación.



 

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martes, 1 de julio de 2014

Altas expectativas con nuestro Parlamento

Por: Roberto G. Peralo. (roberto.peralo@umcc.cu) @RobertoPeralo

 El día 5 de julio se reúne la Asamblea Nacional. Son altas mis expectativas con respecto a tan importante evento. Estoy convencido que la prensa dará una cobertura similar a la realizada para la cumbre de la CELAC. Será trasmitida minuto a minuto y en vivo cada una de las intervenciones de los diputados.

Los informes y documentos que serán puesto a consideración de los diputados van a ser socializados con toda la población. Si no pueden publicarse en tabloides por problemas de presupuestos van a compartirse en el sitio oficial de la Asamblea Nacional para que el ciudadano interesado -y tenga la posibilidad- lo pueda descargar.

Estoy ansioso por ver la rendición de cuenta de la Contralora General de la Republica, donde de seguro explicará el comportamiento de las indisciplinas, ilegalidades y hechos de corrupción administrativa en el año 2013. Precisará sobre quiénes son los implicados y cuáles fueron las sanciones aplicadas. Dará información pormenorizada sobre las causas y condiciones que provocaron que altos funcionarios del gobierno fueran fácilmente corrompidos por un empresario canadiense.

Sobre este tema de seguro varios diputados darán sus criterios sobre las políticas de promoción a los dirigentes y como los bajos salarios y la alta responsabilidad de muchos directivos provocan que el Estado, a espalda de la opinión pública, tenga que permitirles un grupo de privilegios y benéficos que rosan con la ilegalidad.

Voy a escuchar a un diputado preguntarle al Ministro de Economía, si el objetivo de inflar los precios de los autos era que las ventas de estos se limitara solo a 50 en 6 meses. Intervendrá un Diputado en representación de los miles de cubanos que después de años esperando para obtener la famosa Carta, vieron desvanecer su sueños, se cuestionará tal medida. Algún diputado preguntará a Marino Murillo la causa por la cual, una vez más, vuelve a posponerse la generalización del experimento de la nueva forma de gobierno.

Esta reunión va ser algo diferente: porque algún diputado cuestionará las medidas económicas aplicadas hasta la fecha, provocando un debate entre varios diputados que expresarán criterios divergentes, de las causas por las cuales la economía no crece al ritmo que se prometió. Y también algunos diputados por primera vez van a hacer preguntas sobre el informe de la gestión y Resoluciones emitidas por el Consejo de Estado.

Esperaré ansiosamente la explicación del presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, quien fuera encargado para dirigir la comisión que concluiría la redacción del cuerpo legal del Nuevo código de trabajo, del por qué la identidad de género fue excluido de dicha Ley.

Van a trasmitir íntegramente el momento de las votaciones. El presidente de la Asamblea va a informar numéricamente, en los casos que no sea por unanimidad, cuantos votos fueron a favor y cuantos en contra. Hasta el día de hoy no sé cuantos ni quienes fueron los diputados que votaron en contra de la Ley del Código de Trabajo en el mes de diciembre. Solo sé que fue por mayoría.

No puede ser que con la cultura política del cubano medio y la diversidad de criterios existentes hoy en la sociedad sobre la realidad cubana, las reuniones de la Asamblea Nacional parezcan una puesta en escena muy bien ensayada y con un guión lineal que ya se sabe -antes de que empiecen- cuál va ser el final. A veces pienso que soy muy exigente con mis diputados pero es lo menos que puedo esperar de ellos pues tienen el deber y la alta responsabilidad de representar al pueblo cubano.


 

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"El bloqueo no tiene ningún sentido", dice el presidente de Google

Por Manuel Alberto Ramy, 30 de julio de 2014
LA HABANA – A partir de la nota publicada ayer en Progreso Semanal/Weekly, muchos lectores, en las redes, o fuera, se me acercaron a preguntar si yo sabía algo más de la visita de Eric Schmidt a La Habana. El presidente de Google ha estado aquí y todos quieren saber a ciencia cierta para qué ha venido y qué resultados tendrá su visita.
Si se considera que Google es una de las empresas "dueñas" del mundo, no solo por sus ingresos y activos, sino por su influencia en la economía mundial y en la política norteamericana especialmente, es fácil advertir que este viaje ha tenido propósitos poderosos y podría tener consecuencias.
No sé mucho más que lo que ya escribí. Pero sí sé lo que él escribió, su testimonio, publicado hace apenas unas horas en su perfil de Google+ ¿dónde si no?. Y les digo que vale la pena leerlo ahora, así que aquí se los dejo:
Atrapada en su historia, la hermosa Habana recuerda el desvaído esplendor de Argentina y un filme de automóviles de Dick Tracy. Con el objetivo de promover una Internet libre y abierta, Jared Cohen yo, además de otros dos viajeros, viajamos a La Habana con una visa de negocios (vea más adelante). Al aterrizar en el aeropuerto de La Habana, el primer avión que se ve es uno a reacción de Líneas Aéreas Angolanas. El pueblo cubano, moderno y muy bien educado, define la experiencia con la calidez que solo expresa la cultura latina: una música tremenda, comida y entretenimiento (la mayor parte de los cuales no pudimos disfrutar; más acerca de esa visa en un minuto.) Bajo Raúl, el hermano menor de Fidel Castro, las difíciles condiciones económicas han traído muchas pequeñas medidas liberalizadoras en los últimos años. Ahora hay 187 profesiones donde se permite el empleo privado (otros trabajos privados no son permitidos), y comienza a ser posible comprar y vender, con restricciones, autos y apartamentos.
Los dos mayores logros de la Revolución, como ellos lo llaman, es el sistema universal de salud gratuito para todos los ciudadanos, con médicos muy buenos, y la clara mayoría de mujeres en niveles ejecutivos y de gerencia en el país. Casi todos los líderes que conocimos eran mujeres, y una bromeó con nosotros con una amplia sonrisa que la revolución prometió la igualdad, a los hombres machistas no les gustó, pero "se han acostumbrado". La parte menos exitosa de la Revolución ha sido el desarrollo económico (no es una sorpresa) y nos pareció que un descenso del turismo y recientes problemas en la agricultura han empeorado un tanto las cosas en Cuba.
Un amplio tema de conversación en el país es la constante especulación de lo que hará el gobierno y cuáles serán el rumbo y el camino de la liberalización. Nos dijeron que hay una lucha entre los líderes más liberales y los más conservadores bajo Castro, y alguien dijo que los militares están participando más en el desarrollo económico. Un número de personas dijo que el posible modelo de Cuba sería más como el de China o Vietnam que como el de Venezuela o México.
El embargo, ahora codificado en la Ley Helms-Burton de 1996, define todo para EE.UU. y Cuba. (Los cubanos lo llaman un "bloqueo" y una valla lo describe como genocidio.). El gobierno de EE.UU. califica a Cuba de "estado patrocinador del terrorismo", en el mismo plano que Corea del Norte, Siria, Irán y Sudán del Norte. Los viajes al país están controlados por una oficina norteamericana llamada OFAC y bajo nuestra licencia no se nos permitía hacer nada, a no ser tener reuniones de negocios, y nuestro hotel debía costar menos de $100 dólares por día y los gastos totales diarios $188. No es sorprendente que en La Habana haya muchas habitaciones de hotel que cuestan $99.
Estas políticas no parecen razonables: hay decenas de países a los que consideramos aliados y a donde se nos permite viajar y que significan una amenaza mucho mayor que Cuba para EE.UU. en esta década. Los cubanos creen que esto es en gran medida un asunto de política local de la Florida y que la juventud cubanoamericana toda apoya la normalización junto con el resto de la comunidad de negocios de EE.UU.
Si Cuba está atrapada en la década de 1950, la Internet de Cuba está atrapada en la de 1990. Aproximadamente 20-25% de los cubanos tienen línea telefónica, pero mayoritariamente son líneas fijas subsidiadas y la infraestructura de telefonía celular es muy débil. Aproximadamente 3-4% de los cubanos tienen acceso a Internet en cafés de internet y en ciertas universidades. La internet está muy censurada y la infraestructura, la cual visitamos, es conformada con componentes chinos. El "bloqueo" no tiene ningún sentido para los intereses de EE.UU.: si uno desea que el país se modernice, la mejor manera de hacerlo es empoderar a los ciudadanos con teléfonos inteligentes (casi no existen en la actualidad) y alentar la libertad de expresión y poner herramientas de información directamente en manos de los cubanos. El resultado del "bloqueo" es que la infraestructura asiática será mucho más difícil de desplazar. La comunidad técnica utiliza versiones no licenciadas de Windows (EE.UU.no permite la compra de licencias) y GNU Debian Linux en hardware asiático con Firefox. Existe una pequeña comunidad técnica alrededor de Android gratuito que se espera que en definitiva crezca. Como las firmas norteamericanas no pueden operar en Cuba, su Internet está conformada por estrechos intereses cubanos en vez de por plataformas abiertas globales.
Hemos oído que los jóvenes cubanos están conformando redes informales de enrutadores de Wi-fi, y miles se conectan a estas redes para compartir archives y mensajes privados. Las memorias flash forman una especie de "red de contrabando" en la que la gente se pasa información difícil de obtener sin acceso real a Internet.
Las restricciones de información tienen aún menos sentido cuando se sabe que Cuba importa de EE.UU. una gran cantidad de alimentos bajo la rúbrica de "comercio compasivo". Las importaciones de alimentos son importantes para Cuba, pero también lo es la importación de herramientas a Cuba para el desarrollo de una economía del conocimiento.

Cuando uno camina por La Habana Vieja, uno ve fachadas hermosamente restauradas que evocan el importante papel de La Habana en las décadas de 1940 y 1950. Los autos norteamericanos de la década de 1950 pintados de vivos colores, convertidos a diesel y reparados por mecánicos cubanos, dan una idea de lo que Cuba debe haber sido antes de la Revolución. Caminando por La Habana es posible imaginar una nueva Cuba, quizás una líder en educación, cultura y negocios en Latinoamérica. Cuba tendrá que abrir su economía política y comercial, y EE.UU. tendrá que superar su historia y eliminar el embargo. Ambos países tienen que hacer algo que es difícil de hacer desde el punto de vista político, pero valdrá la pena.

 

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